Cultivar en banquinas, aumentar la producción

En noviembre de 2008, una arbitraria resolución de la Dirección Nacional de Vialidad dispuso dar por finalizados todos los convenios para el uso de tierras en banquinas a la vera de rutas y caminos dedicados a la siembra. Esta caprichosa prohibición, inspirada en un espíritu revanchista, nació como respuesta a la confrontación entre el gobierno de Cristina Kirchner y el campo, a la luz de la recordada resolución 125, referida a las retenciones móviles.La red vial de la Argentina se extiende a lo largo de cientos de miles de kilómetros, un 83% corresponde a redes viales de provincia y un 17% a la nacional. Esta área, delimitada por la cinta asfáltica y los alambrados, que se extiende luego del talud y la cuneta de desagüe, encuentra razón de ser como escape de emergencia o detención de vehículos, incluso en caso de despistes, para lo cual debe cumplir determinadas condiciones. Incluimos aquí el adecuado mantenimiento de este valioso espacio de maniobras, sin abruptos desniveles, pronunciadas ondulaciones o poceados peligrosos, ni malezas que entorpezcan la visibilidad de señalizaciones o de vehículos en tránsito.Muchas veces, las empresas contratistas de concesionarios móviles concentran las obras en la nueva carpeta asfáltica, pero descuidan las condiciones de las banquinas. ¿Quién no ha transitado por rutas con verdaderos paredones de yuyos y malezas capaces de alcanzar peligrosas alturas que en algunos casos llegan a los dos metros y que dificultan gravemente la visión?Como en muchos otros terrenos, el de las banquinas no es la excepción y, desoyendo la normativa vigente, la siembra en ellas es una sana práctica habitual en muchas rutas, tanto provinciales como nacionales. Incluso, hubo municipios habilitados para otorgar permisos a propietarios linderos o a terceros (generalmente pequeños productores) y a renovarlos. La convención establece que los cultivos no deben superar los 60 cm de alto, tal el caso de la soja, el trigo, la avena, la alfalfa o el lino, quedando fuera, por ejemplo, el maíz o el girasol.Cada mil metros lineales de banquinas se calcula una superficie de una hectárea adicional disponible para su cultivo. Imaginemos el beneficio que incrementar la superficie reportaría a la producción. Mucho más si sumamos también los costados de las vías férreas donde ya no corren más trenes.Dicho todo esto, entendemos que debiera revisarse aquella norma dictada por Nelson Periotti, extitular de la Dirección Nacional de Vialidad, hoy...

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