Cuando la culpa se utiliza como un arma

Antes, hace mucho, era la Inquisición la que perseguía la forma de pensar y sentir de la gente, y lo hacía en representación de una idea de pecado asfixiante y de un Dios que no tenía mejor cosa que hacer que hurgar en los pensamientos y actos de los humanos para condenarlos. La idea subyacente era que veníamos fallados de fábrica, culpables de origen, con una deuda infinita que debíamos tratar de pagar, sin éxito, durante toda una vida.

Ahora los escenarios son otros, pero ¿hemos salido de aquel territorio de la culpa así entendida? La respuesta es un no rotundo.

Aquella culpa instrumentaba la pretensión de sojuzgar la emocionalidad, los cuerpos, las ideas, las personas y las comunidades como tales. No apuntaba a mejorar a la gente, sino a dominarla y amputar su albedrío y espontaneidad al punto de tornarse insoportable.

Tal situación se daba en escenarios religiosos, sociales y políticos, pero también domésticos, con graves daños a la salud de todos. Pero lo que antes era la Inquisición ahora está en Facebook, Twitter y demás aplicaciones y espacios públicos que hacen a un nuevo estilo de tribunal. De hecho, las redes sociales son una tribuna desde la cual se baja el pulgar o se señala con el índice a los que van en contra de los discursos blindados que, como quien no quiere la cosa, patrullan los escenarios sociales de hoy, desde una pretendida superioridad moral que culpabiliza violentamente a quienes suman matices al pensamiento colectivo.

Retrógrado, represor, dinosaurio, abusador y cómplice son, entre otros, los adjetivos que se arrojan como piedras o, peor aún, se autoadjudican muchos desde la culpa, generando una nueva forma de miedo que se disfraza de otra cosa.

No hablamos de responsabilidad (la capacidad de hacerse cargo), sino de culpa. Y la culpa, así vista, no es amor? es espanto. Actúa como algo infiltrado en el propio ser que infantiliza, dado que se vive como algo externo que obliga a hacer "buena letra" sin autenticidad alguna con tal de no sufrir severas consecuencias. Usada de esta forma, la culpa condena no solamente lo que la persona hace, sino también lo que la persona es, socavando el autorrespeto hasta los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR