El cuidado de la biodiversidad no es una actividad esencial en la Argentina

Hoy se celebra el Día Mundial de la Biodiversidad, es decir, de la diversidad de vida sobre la Tierra. Un día como hoy del año 1972 las naciones del planeta, nucleadas en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), decidieron comenzar a alertar sobre la crisis de extinción de especies que los humanos estábamos provocando. Este alerta fue reiterado hace pocos meses por la misma ONU, que comunicó que un millón de especies se encuentran en peligro de extinción, que hemos alterado severamente el 75% de los ecosistemas terrestres y el 66% de los ecosistemas marinos, y provocado la desaparición de más del 85% de los humedales.

Muchos llaman a esta situación catastrófica la "sexta gran extinción" de especies en la historia de la tierra. Otros prefieren señalar claramente al causante y la llaman "el primer gran exterminio".

También en 1972 se señaló que este desbalance ambiental nos conduciría a otra crisis, esta vez social. El mundo tal cual lo conocemos colapsaría y acompañaríamos al resto de las especies en el camino irreversible y definitivo de la extinción.

Desde ese entonces, e incluso antes, se trabaja incansablemente en desarrollar estrategias para detener y revertir esta crisis. Cada diez años la Convención de Diversidad Biológica convoca a los países integrantes de la ONU para proponer acciones de conservación para la próxima década y evaluar las acciones implementadas en los últimos años.

Una de las acciones más importantes a evaluar en la reunión de este año en China tiene que ver con el compromiso de todos los países de resguardar, bajo el paraguas de áreas protegidas, el 10% de su superficie marina y el 17% de su superficie terrestre. La reciente creación de los primeros parques nacionales oceánicos de nuestro país nos acercó a la meta del 10%. Sin embargo, en relación a ecosistemas terrestres somos notables incumplidores. La superficie de todas las áreas protegidas de la Argentina (muchas de escasa o nula implementación) apenas supera el 8%. Uno de los porcentajes más bajos a nivel mundial. Mientras tanto, la superficie afectada por topadoras, monocultivos, fracking o megaminería aumentó considerablemente.

Las acciones cotidianas en los aún insuficientes parques y reservas naturales incluyen actividades de control para evitar la proliferación de amenazas (caza furtiva y tala de bosques, incendios, avance de especies exóticas, invasión de ganado). También la restauración de ambientes y especies para recuperar la funcionalidad de los...

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