Cuestión de estrategia

La estrategia ha sido –cortejada siempre por la inteligencia, la erudición y sobre todo la intuición– una de las herramientas que han llevado a la victoria o al fracaso a mujeres y hombres, países, dictadores y músicos.

Mis pensamientos se posan en la irremediable contradicción que ha tenido siempre el intelecto con la vanidad, aun siempre estando abrazados, en las vidas incluso de los más destacados pensadores, filósofos y científicos.

Pienso también en aquellos encuentros que marcan destinos. "Tengo una reunión esta tarde que puede cambiar el curso de mi hacer", pensaría el joven y abocado periodista argentino Ignacio Ezcurra, sin saber que dejaría su vida en Saigón, Vietnam, como corresponsal de este diario el 8 de mayo de 1968. En aquellos días, yo comenzaba en mi Bariloche a sentir el calor de una nueva música y estilo de vida, levantando su voz de protesta por esa larga guerra que dejó tan profundas heridas y despertó un movimiento que marcó para siempre a muchas generaciones. Aunque nunca lo conocí, siempre admiré a este joven valiente, viajero y estudioso que dio su vida por una guerra ajena. Su recuerdo merece cada día un homenaje.

Churchill creía que nunca jamás se debía ir a una reunión con papel, carpeta o algo para mostrar. La seguridad, decía, se muestra con las manos vacías. En una ocasión, con una reunión difícil por delante, encendió uno de sus clásicos cigarros una hora antes –introduciéndole un alambre fino por dentro–, manteniendo la ceniza larga y torcida. Al llegar su interlocutor y mientras hablaban, Churchill se ocupó de mover su mano constantemente, con la larguísima ceniza siempre a punto de caer. Su invitado no sacaba la vista del cigarro, perdiendo su concentración y saliendo Winston airoso con sus cometidos.

Yves Saint Laurent dijo al joven y futuro couturier francés Stephan Janson, de tan sólo 18 años –quien lo admiraba profundamente, persiguiéndolo y adulándolo–, que el verdadero talento en la vida era el de la medida y la apreciación de los tiempos, dándole una lección de distancia y respeto.

La intrigante Diane von Fürstenberg, en una reunión clave para su carrera, desabrochó dos botones más de su vestido antes de abrir...

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