En Cuba street, como en Buenos Aires

WELLINGTON, Nueva Zelanda.- Hay un rincón argentino en Wellington. Está escondido en Cuba Street, la peatonal de la capital neozelandesa, una suerte de calle Florida, pero sin el intenso tráfico de gente que pasea por el microcentro porteño. Aquí se puede caminar tranquilo, sin prisa. Ahí está ese reducto, lejos de las miradas de los miles de visitantes que llegaron desde distintos. La primera señal impacta de entrada porque choca contra una norma que parecía inviolable: "Venga a comer a la hora que quiera, nosotros lo esperamos". Es que en esta ciudad y el resto de Nueva Zelanda la cena es temprano y las cocinas generalmente cierran a las 21. Una invitación difícil de rechazar para un enviado especial que tiene que adecuar su vida a horarios cambiados y con una diferencia de 16 horas.Pero el convite se transforma en indispensable en el momento que Paula, su dueña, dice las palabras mágicas: "Cuatro milanesas, ¿no?". Porque sí, después de 24 días en un país extraño, en tres ciudades distintas...

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