Cuatro malentendidos sobre las próximas elecciones

Las reglas electorales en ocasiones pueden estimular resultados extraordinarios (un ejemplo lo dio el Frente para la Victoria en las legislativas de 2005 cuando casi duplicó el caudal de las singulares presidenciales de 2003, en las que el voto peronista se distribuyó en tres candidatos), pero los analistas prestan atención antes que nada a dos variables de la realidad: la situación económica y la unidad del peronismo.

A mucha gente las elecciones presidenciales le resultan más amigables, hasta más glamorosas que las legislativas. Despierta mayor entusiasmo , es obvio, una competencia focalizada en un reducido número de aspirantes a desempeñar el Poder Ejecutivo que una compleja disputa coral para conseguir las bancas en juego en cada una de las cámaras, cuyos miembros, en su gran mayoría, son personas desconocidas para el conjunto de la sociedad .

Pero además es posible enumerar varios malentendidos frecuentes sobre las elecciones, digamos, de formato chico. Son las que vienen. Ayer Diputados aprobó su postergación, producto de un acuerdo multipartidario: serán en noviembre y no en octubre. Las PASO , en septiembre y no en agosto. Es llamativo que un acuerdo menor, con un rédito tan magro, de utilidad tan incierta, se celebre en la cámara baja con tanto almíbar: "nos tenemos que felicitar" por la "construcción del consenso", decían, como si se hubiera alcanzado el Pacto de la Moncloa rioplatense.

El primer malentendido sobre las llamadas elecciones de medio término asegura que seríamos más felices si no existieran. En realidad, lo que a veces se repite es que la gobernabilidad funcionaría mejor. ¿Para qué votar cada dos años? ¿Acaso eso no lleva a que lo electoral condicione la continuidad de las políticas públicas, a que cuando se termina una campaña ya empieza la siguiente? El último que se quejó de esto no fue el presidente Alberto Fernández . Si se cruzó por su cabeza la idea de cancelar, en nombre de la pandemia, las elecciones de este año, jamás lo expresó. Fue el presidente anterior, Mauricio Macri, quien rezongó contra la idea de votar seguido. "Creo que lo más sano sería elegir todos los cargos cada cuatro años ", opinaba Macri pocos días antes de las elecciones de 2017. Elecciones que terminó ganando.

¿Sería realmente todo mejor si sólo se votara cada cuatro años? A juzgar por la experiencia, no.

Cada dos años se elige media Cámara de Diputados y un tercio del Senado, renovaciones que cada cuatro años se superponen con la...

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