Los cruzados 'M' de las redes sociales

Uno es personal trainer; el otro es empresario gastronómico; una más es dueña de una fábrica de ropa de bebé y de locales en Avellaneda; se suma la que tiene una empresa de posproducción y realiza trabajos audiovisuales con su hijo para compañías de Hollywood. Y así unos cuantos más.¿Cuál es el denominador común que los une?: que escudados tras nombres de fantasía defienden con uñas y dientes al oficialismo en las redes sociales. Desde los catalogan como "la gente" y "personas normales" que "lo hacen de corazón".Son los que diariamente ponen el pecho virtual para defender al Gobierno en las buenas y, especialmente, en las malas. Prefieren ser denominados como "activistas" de las redes, antes que como "militantes", término que aborrecen porque los emparenta con sus archienemigos ultrakirchneristas que los anteceden en las resbaladizas lides del campo virtual, y a los que paradójicamente terminan pareciéndose en su impronta para comunicar. Aunque menos escatológicos e insultadores que aquellos, son ácidos e hiperfilosos para marcar sin cesar las contradicciones más flagrantes que se dan del otro lado de la grieta. No les importa descontextualizar y están siempre con la camiseta bien puesta para también reproducir en todo momento materiales oficiales (publicidad gubernamental y declaraciones de funcionarios). Su hashtag preferido e infatigablemente repetido es #novuelvenmas y están siempre atentos para denunciar cómo se manipulan viejas imágenes de pobreza y represiones de otras épocas y hasta de distintos países que pretenden hacer pasar por actuales para endilgárselas al oficialismo.Odian también que los sindiquen como "trolls", aunque la mayoría de ellos muchas veces se comporten como tales en su afán de provocar y de mostrarse erizados, más que abiertos a un diálogo que eleve el debate e incluya la necesaria autocrítica. Es verdad que la pelea en el barro que propone Twitter no deja mayor margen para ser prudentes y atildados. Saben que la viralización se da cuanto más cáusticos se muestren y en lo posible reforzados con hallazgos gráficos o audiovisuales que dejen lo peor posible a quienes tanto combaten. Son incansables.Otra particularidad que los hermana con los kirchneristas de las redes es que suelen odiar al periodismo tradicional, al que consideran demodé y atravesado por operaciones de todo tipo. En cambio sobredimensionan su papel en la creencia de que encarnan la instancia superadora de la comunicación y que pueden prescindir...

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