Los cruceros copan la nueva terminal

La nueva terminal de cruceros de la ciudad de Buenos Aires es un hormiguero de turistas.El gran movimiento en el flamante edificio construido a partir del explosivo crecimiento de los "cruceristas" no tiene nada que envidiarle al de la estación de ómnibus de Retiro, ubicada a pocas cuadras del puerto.Con una temporada más que exitosa, se estima que entre diciembre pasado y abril próximo pasarán por el puerto porteño unos 330.000 pasajeros, en unas 134 recaladas de enormes buques que provienen de Brasil con todo el lujo a bordo.Los taxistas, medidores del flujo social en la ciudad, ya conocen "la parada", a juzgar por la larga fila de autos que se forma todas las mañanas en avenida Castillo y avenida de los Inmigrantes, en la puerta de la terminal Benito Quinquela Martín. Todos los taxistas quieren "adoptar" a un "crucerista" para enseñarle la ciudad durante las horas que permanecerá en Buenos Aires."Terra, terra", grita, como si fuera Cristóbal Colón, Rogelio Fernandes, un turista brasileño que acaba de desembarcar del Costa Fortuna, un crucero de 300 metros de eslora y 103.000 toneladas."Mi Buenos Aires querido...", entona su mujer, ansiosa por internarse en la ciudad, que para los brasileños encierra bellos sortilegios y, sobre todo, un cambio monetario muy favorable. "Somos hermanos, están muy cerca y me gustan mucho la comida, las empanadas y poder hacer compras", detalla Josefina, también brasileña, de San Pablo, antes de subirse a una combi con todo el grupo."Buenos Aires se consolidó en los itinerarios de los cruceros porque los turistas disfrutan de alta mar, pero también les interesan los destinos que pueden conocerse; es muy atractivo combinar Buenos Aires con puertos de Brasil o de la Patagonia", expresó el ministro de Cultura y titular del Ente de Turismo del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Hernán Lombardi."Para nosotros es realmente muy importante, no sólo por el impacto económico, sino también porque el turista que llega en un crucero después vuelve a la ciudad", explicó Lombardi. En cinco años, la afluencia de cruceristas a Buenos Aires se quintuplicó, aunque esta temporada será levemente más baja que la anterior por la crisis económica internacional.En este contexto, la ampliación del tercer espigón nació de un apuro. El año pasado, la gran cantidad de cruceros hizo colapsar el puerto de Buenos Aires, que no contaba con una estación naviera a las alturas de las circunstancias."Hoy es un punto de referencia para los cruceros, y la...

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