Cristóbal López aprovechó una impasse judicial y rearmó sus planes

Es, acaso, el concurso de acreedores más grande y con más derivaciones políticas del país. Pero recién ahora, tras 11 semanas, tiene juez. De por medio está el empresario kirchnerista , quien aprovechó el tiempo muerto para desplegar su estrategia. Y una deuda sólo con el Estado por $ 8000 millones, monto al que deben sumarse los reclamos de los acreedores privados, según surge de expedientes judiciales y documentos privados que obtuvo LA NACION durante las últimas semanas.

La parálisis comenzó el 23 de agosto, cuando la Corte Suprema de Justicia decidió quitarle el concurso de la petrolera Oil Combustibles al juez de Comodoro Rivadavia Gustavo Toquier, que lo instruía tras una cuestionada presentación de López.

Cuatro semanas después, la Corte completó el círculo. Determinó que, tal como reclamaba la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el concurso debía tramitarse en Buenos Aires, a pesar de los esfuerzos de López por retenerlo en su "pago chico".

Desde entonces, sin embargo, el expediente no tuvo quien lo quisiera. El 26 de septiembre, la jueza en lo Comercial María del Milagro Paz Posse se declaró incompetente. Consideró que debía quedárselo su colega Héctor Vitale, quien había recibido el pedido de la AFIP para reclamar el concurso a Chubut.

"Si se tiene en cuenta que hubo un sorteo que habilitó a mi distinguido colega, titular del juzgado del fuero N°4, a expedirse sobre la competencia -planteó Paz Posse-, por ende no advierto la existencia de ningún motivo que justifique una nueva asignación por sorteo que carece de base legal."

La jueza remitió entonces el concurso a Vitale, que no lo recibió con los brazos abiertos. Todo lo contrario. "No comparto los argumentos de la distinguida colega", alertó dos días después, y le devolvió el expediente con una sugerencia. "De no compartir mi decisión, invito a la señora jueza remitente eleve las presentes actuaciones al superior a fin de que dirima el conflicto negativo de asignación de causas planteado."

Así fue. Ya el 3 de octubre, el concurso llegó a la Cámara de Apelaciones. Pero allí afrontó otro minué. Primero recaló en la Sala D, que lo derivó a la fiscalía general, para volver a la sala y retornar a la fiscalía el 17, para diez días después retornar a la Sala D, que a su vez decidió derivarlo a otra sala de la cámara, la C, que lo recibió el 2 de este mes. Y esta semana definió que será, al fin, el juez Vitale quien deberá quedarse con el concurso de acreedores.

Pero...

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