Cristina vuelve a golpear a la CGT oficialista

Ni la lipotimia, ni la inminencia del cacerolazo, ni los sinsabores de la guerra contra Clarín han logrado que Cristina Kirchner pierda el sentido del humor. Al contrario. Ayer se conoció que se deleita con las bromas pesadas: a los sindicalistas de la CGT Balcarce, que esperaban recibir 2000 millones de pesos en concepto de subsidio a las prestaciones médicas de alta complejidad, les hizo saber que sólo cobrarán 17,8 millones. Así consta en la resolución 1307 de la Superintendencia de Servicios de Salud, que dirige la santacruceña Liliana Korenfeld.Para el metalúrgico Antonio Caló y los demás secretarios generales alineados con el Gobierno la noticia es indignante. No sólo les dan una limosna. Además, deberán compartir esas migajas con gremios de la oposición, que militan en las centrales que conducen Hugo Moyano y Luis Barrionuevo: el reparto se realiza según la cantidad de expedientes presentados por cada obra social, que depende del número de afiliados.Por si faltaran detalles ofensivos, la minúscula piñata se rompió el día en que Barrionuevo y los camioneros de Moyano marcharon a la Superintendencia para protestar por la apropiación que viene haciendo el Estado de recursos que son de los trabajadores.De hecho, ayer los gastronómicos se llevaron 4 de los 17 millones que se liberaron desde el Tesoro.Balance: la Presidenta acaba de consagrar a su odiado Barrionuevo como un gestor eficiente de las conquistas sindicales. Todo sea para que durante la manifestación nadie coreara el nombre de Korenfeld de manera irreverente.Si se mira más allá de lo anecdótico, la reticencia a satisfacer las demandas pecuniarias de los sindicatos confirma la decisión del kirchnerismo de avanzar sobre el negocio de la salud. La señora de Kirchner no se conforma con administrar el dinero de las obras sociales como un suero. En la Superintendencia comenzó a registrarse un desembarco de militantes de La Cámpora, sobre todo en las gerencias encargadas de auditar las prestaciones médicas.Korenfeld, una subordinada de toda la vida, quedó bajo control. Tal vez para ella sea una...

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