Cuando Cristina era opositora y accesible

Hubo un tiempo en el que Cristina Kirchner era amiga de la prensa, la alababa y defendía, la consideraba uno de los pilares fundamentales de la democracia y apelaba a ella como testigo de maniobras irregulares y canal para formalizar sus denuncias contra el poder establecido.Como bien lo indica el uso del verbo, eran otros tiempos. Tiempo pasado. Epocas en las que aseguraba que "no era la recluta Fernández" para cumplir órdenes de un jefe de bloque que reclamaba verticalismo puro de los senadores oficialistas.Eran tiempos en los que el presupuesto de Santa Cruz sirvió para financiar la necesidad de Cristina Kirchner de trasladar a una decena de cronistas parlamentarios para mostrarles la belleza de los Hielos Continentales que la Argentina se disputaba con Chile.Epocas en las que ese mismo presupuesto sirvió para comprar varios miles de ejemplares de una publicación especializada en la cobertura de la actividad legislativa, que la había elegido "parlamentaria del año", con el único objetivo de distribuirlas en Santa Cruz.Algunos cronistas parlamentarios aún recuerdan a aquella senadora que en pleno juicio político contra uno de los magistrados de la "mayoría automática menemista" convocó a los periodistas acreditados en el Senado a revisar los videos de la sesión porque sospechaba que intentaban invalidarle el proceso con un "senador trucho".Es curioso, porque muchos de esos periodistas que la acompañaron a revisar aquellos videos fueron cuatro años después, el 7 de julio de 2006, acusados de "burros" por la entonces senadora por Buenos Aires cuando, sin demasiados argumentos para explicar su giro de 180 grados, salvo el uso de la agresión y la diatriba política, defendió...

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