Cristina y sus dos difíciles próximos años

En las grandes empresas están convencidos de que los dos años hasta 2015 serán muy difíciles. Y que, probablemente, luego de octubre las dificultades serán crecientes. No sólo porque el escenario internacional es menos favorable, sino porque el Gobierno parece radicalizarse en sus errores. Curiosamente, dentro del propio Gobierno hay quienes piensan lo mismo. Es la materialización del "teorema de Baglini", esa descripción según la cual se es más extremo en las posiciones políticas cuanto más lejos se está del poder.Las últimas actitudes de la Presidenta parecen confirmar los peores temores. Cualquier recuerdo de que su poder es limitado es visto como una conspiración, un intento de golpe de Estado, una afrenta a la democracia. La Constitución actual fija el final de su segundo mandato en 2015. Y por cierto Cristina Fernández de Kirchner y su extinto esposo fueron miembros de la Asamblea que reformó la Carta Magna. No desconoce la actual Primera Mandataria las limitaciones que el texto le impone. Fueron ella y Néstor Kirchner, en representación del menemismo al que entonces adherían, quienes ayudaron a redactarlo.Fracasado el primer intento de reforma de la Justicia para transformar a los tribunales en dependencias del oficialismo de turno, la Presidenta promete ir por más. Dos actos públicos que merecían recuerdos históricos, valoración del pasado y sus protagonistas fueron utilizados para discursos de revanchismo y rencor.El senador ultraoficialista Marcelo Fuentes paseó en los últimos días por varios medios su ataque frontal contra la mayoría de los jueces de la Corte que frenaron el proyecto para reformar el Consejo de la Magistratura y transformarlo en una dependencia del Ejecutivo. Pero también dijo que la reforma de 1994 a la Constitución obedeció al "consenso de Washington" y que hay que volver a cambiarla. Ya alentó a no tener miedo a debatir, por ejemplo, "la distribución de las rentas".El oficialismo está sincerando sus vocaciones autoritarias y dejando en claro que en el "vamos por todo" se encierra el "vamos por la propiedad privada", tal como lo temían con razón muchos empresarios. Fue la Asociación Empresaria Argentina (AEA) la que planteó en una solicitada la inconveniencia y los peligros que encerraba el proyecto de sometimiento de la Justicia, que el oficialismo llama "democratización".Amenazas crecientesEl Gobierno dice querer sistemas de concursos más abiertos y no hay duda de que hacen falta en la Justicia. La pregunta es por qué no...

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