Cristina conduce, Massa derechiza

Sergio Massa y Cristina Kirchner

"En política, los pactos son entre dos, nunca entre tres". Esa máxima, acuñada por un histórico dirigente radical, se aplica para entender el giro ideológico y de gestión económica que está adoptando el Gobierno. Cuando nació el Frente de Todos se pensaba en un acuerdo entre tres cabezas: Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Sergio Massa. La centralidad política y el valor de la decisión siempre la tuvo Cristina, era lógico al ser la única que reunía votos que, si bien no eran suficientes para ganar, le alcanzaban para decidir sobre el resto. Cristina pensó en Alberto como alguien que representaba a los moderados, que podía atraer esos votos que estaban desengañados con Cambiemos, pero como aún seguían sin alcanzar y Massa por fuera le quitaba una porción necesaria de esas voluntades, también lo sumaron.

Para Cristina y su círculo íntimo, Massa y Fernández formaban parte de aquellos que la habían traicionado, lo decían públicamente antes de 2019, incluso con insultos como el que le espetó Axel Kicillof a Sergio Massa en un acto en Parque Centenario en 2019. Los reconcilió la necesidad de volver al poder a través de un acuerdo facilitado por la falta de compromiso con la palabra pública asumida por los socios de Cristina y su increíble apego a desdecirse sin mostrar algo de vergüenza. Los cambios de opinión de Alberto Fernández y Sergio Massa respecto al kirchnerismo, la corrupción, el caso Nisman y otras acciones de gobierno, deberían ser un capítulo central en cualquier manual político de deshonestidad intelectual.

En un principio Massa creyó que estaba en esa mesa de decisiones compuesta por los tres, rápidamente se enteró que no, las medidas más importantes las conocía leyendo noticias, así fue hasta julio pasado. Hábilmente armó su propio juego en el Congreso, como con el tema de la suba del piso de Ganancias, pero las decisiones las seguía tomando Cristina y las ejecutaba Alberto. El problema es que las ejecutó mal, gestionó peor y no hizo más que, el año pasado, llevar al peronismo a la peor elección de su historia.

Hoy el pacto sigue siendo de dos, pero cambiaron los actores, Alberto quedó fuera de la mesa de decisiones. Para muchos en el gobierno Fernández pasó a ocupar el rol de "Presidente eventero", es decir, solo está para lo protocolar. Ahora las grandes decisiones las debe tomar Sergio Massa, sin consultarlo, ese fue el acuerdo, así funcionan.

Massa fue formado en el liberalismo, militó en la...

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