Crisis económica mundial

AutorMirador Internacional
  1. Como nos recuerdan diariamente los medios de comunicación, la crisis financiera mundial ha creado una recesión global provocando consecuencias sociales dramáticas, incluyendo la pérdida de millones de puestos de trabajo y el serio riesgo de que no se alcancen los Objetivos de Desarrollo del Milenio para muchos de los países en vías de desarro! llo. Los derechos humanos de innumerables personas quedan comprometidos, incluido el derecho a la alimentación, al agua, a la salud y a un trabajo decente. Por encima de todo, cuando amplios segmentos de una población nacional ven sus derechos sociales y económicos desvanecidos, la pérdida de esperanza pone en peligro la paz. La comunidad internacional tiene la legítima responsabilidad de exigir por qué ha tenido lugar esta situación; de quién es la responsabilidad; y cómo una solución concertada nos puede sacar de la crisis y facilitar el restablecimiento de los derechos. La crisis fue causada, en parte, por el problemático comportamiento de algunos de los agentes del sistema financiero y económico, incluyendo a administradores de bancos y a aquellos que deberían haber sido más diligentes en aplicar los sistemas de control y rendimiento de cuentas; por este motivo, tienen una ! gran responsabilidad en los actuales problemas. Las causas de la crisi s, sin embargo, son más profundas.

  2. Reflexionando en aquella época sobre la crisis de 1929, Pío XI observaba que "salta a los ojos de todos, en primer lugar, que en nuestros tiempos no sólo se acumulan riquezas, sino que también se acumula una descomunal y tiránica potencia económica en manos de unos pocos, que la mayor parte de las veces no son dueños, sino sólo custodios y administradores de una riqueza en depósito, que ellos manejan a su voluntad y arbitrio" (Quadragesimo Anno, n.105). También observó cómo la libre competencia se destruyó a sí misma basándose en la ganancia como único criterio. La crisis actual tiene dimensiones económicas, jurídicas y culturales. La act! ividad financiera no puede reducirse a sacar ganancias fáciles, debe incluir la promoción del bien común entre quienes ofrecen préstamos, entre quienes reciben los préstamos, y entre quienes trabajan. La ausencia de un fundamento ético ha llevado la crisis a todos los países de baja, media y alta renta. Señor presidente, la delegación de la Santa Sede hace un llamamiento a prestar una nueva "atención a la necesidad de una actitud ética para la creación de...

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