Crisis

Los bonaerenses son gente agradecida. Recuerdan aún ese tiempo dichoso en que hubo en esa tierra bendita un derroche de obras de infraestructura y una educación y salud públicas sin fisuras. Era aquella una vida cómoda y feliz, ajena a las privaciones. Las consecuencias de ese estado de bienestar fueron celebradas con regocijo por los vecinos calenturientos de la provincia de Buenos Aires, que incrementaron la frecuencia e intensidad de su performance sexual. Hombres y mujeres se aparearon en ese tiempo sin pausa. Pero esos fervores ahora han menguado. Vino a señalarlo el ex gobernador Daniel Scioli, al indicar que la caída en las ventas de preservativos, y el consecuente declive del ejercicio amatorio, se debe a la crisis que, ahora sí, deprime la provincia.

En su círculo íntimo, es cierto que...

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