Criatura: desde esta noche, el doctor Víctor Frankenstein se muda al Abasto

Gabo Correa es un talentoso actor y director de extensa trayectoria en el medio. Imposible olvidar su papel en Cachafaz, de Copi; o su versión de Eva Perón, que protagonizó Alejandra Flechner. Más cercano en el tiempo, durante la reciente edición del FIBA, se destaca su labor en Yo no muero, ya no más, de Fernando Rubio, una experiencia escénica que reflexionaba sobre la violencia de género.Antes de habitar estos mundos su propio mundo era otro. A Gabo le tocó el servicio militar en 1983, después de la Guerra por las Malvinas. De aquella experiencia reconoce que quedó con la cabeza rota, limada. Hasta ese momento nunca había ido al teatro. No formaba parte de su universo. Una tarde estaba con un amigo mirando la Guía del Estudiante. Se topó con el Conservatorio de Arte Dramático y con esa promesa de convertirse en "actor nacional". Medio como un zombi que va detrás de una intuición, reconoce en un café cerca de su casa, fue hasta ahí y se anotó."Ya el curso de ingreso me voló la cabeza, fue un cimbronazo eso de poner el cuerpo al servicio de la construcción de un alguien que el otro ve y que no es uno. En verdad, creo que soy actor por salvación", confiesa como si nada mientras se toma un cortado en un bar con aire afrancesado. A los pocos años de haber ingresado al Conservatorio (tres, para ser precisos) se hizo una especie de juramente interno que respeta al día de hoy cueste lo que cueste: "Me prometí que no iba a trabajar de otra cosa que no fuera la actuación. Tiene un costo altísimo porque tengo, y tenemos todos, etapas muy prolongadas sin laburo. Pero no voy a manejar un Uber o laburar de mozo ".Desde ese momento viene creando criaturas escénicas bajo la dirección de creadores como Rubén Szuchmacher, Alejandra Ciurlanti, Daniel Veronese, Claudio Tolcachir y Vivi Tellas (entre tantos otros), o como parte de un montaje de La Organización Negra, grupo icónico de los ochenta. También cine (El clan, Nueve reinas, Plata quemada). Y televisión (de Gasoleros a El tiempo no para).Actualmente está atravesando un momento bisagra en lo que hace al proceso de gestación y presentación de una obra de teatro. Ese largo trabajo se inició hace 4 años con la adaptación y reescritura de una novela icónica publicada en 1818, los ensayos, algunas funciones aisladas, dos pasada generales para amigos y llegar a la noche de hoy, a las 23, cuando estrene, en el Beckett Teatro, Criatura, una adaptación de la novela Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary...

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