Crecimiento sin frenos de la cultura del piquete

Lamentablemente, en 2012, la ciudad de Buenos Aires ha sido escenario privilegiado de un fenómeno que vuelve a cobrar impulso: los cortes ocasionados por manifestaciones callejeras.Desde las primeras expresiones de ese tipo, ocurridas durante los años 90, cuya expresión más saliente fueron los reclamos por la falta de trabajo en la localidad petrolera de Cutral-Có, en Neuquén, se multiplicaron las tomas de espacios públicos destinadas a expresar descontento con las decisiones del poder.Así, fueron copando las calles, desde los empleados estatales hasta los grandes gremios, pasando por las pequeñas -pero no menos obstructivas- manifestaciones de trabajadores de empresas privadas. A ellos se les sumaron, alternativamente, representantes de comunidades aborígenes, trabajadores de la agroindustria, transportistas y, cada vez más, ciudadanos no enrolados en partidos ni en sindicatos, en protesta por la mala calidad de los servicios públicos, afectados por inundaciones o por falta de viviendas. Las marchas de caceroleros, del 13 de septiembre y del 8 de noviembre pasados, también sumaron un tipo de extendida expresión callejera con escasos antecedentes.Fue 2012 el segundo año consecutivo en que creció el número de piquetes. Ya veníamos de un 2011 con crecientes manifestaciones de malestar social, después de casi tres años en que la tendencia había sido a la baja.Tan sólo el año pasado se registraron en la ciudad de Buenos Aires, en promedio, más de tres cortes de calles por día hábil. Según un relevamiento de la consultora Diagnóstico Político, en la Capital hubo 851 cortes por protestas callejeras, contra los 581 de 2011, es decir, un 46 por ciento más. Fue el segundo distrito del país con más piquetes. El primer lugar lo ocupó la provincia de Buenos Aires, con 1045 interrupciones en el tránsito vehicular.En el caso de la Capital Federal, como siempre ha sucedido, la mayoría de esas protestas no estuvieron vinculadas con problemas propios del distrito, sino con reclamos a la Nación e, incluso, a distintos gobiernos provinciales. Se sabe que la Capital representa una enorme caja de resonancia, con el agravante de que muchas de esas interrupciones de tránsito las protagonizan pequeñísimos grupos de personas que impiden el paso por la totalidad de los carriles de avenidas troncales, como ocurre con las manifestaciones frente al Ministerio de Trabajo, en Leandro N. Alem al 600, o ante la Jefatura de Gobierno porteña, en la Avenida de Mayo, entre tantas otras.Todo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR