Un creciente aislamiento

La creciente política aislacionista del gobierno nacional choca frontalmente con la evolución del mundo. Importantes negociaciones en curso obligan a pensar en las graves consecuencias de continuar el equivocado camino tercamente emprendido.A medida que el mundo tiende a abrir las fronteras mediante acuerdos para acrecentar sus relaciones económicas y culturales, la Argentina procede en sentido inverso. Desde principios del milenio comenzaron a cerrarse las fronteras tanto para importar como para exportar. La sustitución de importaciones fue enarbolada con un énfasis dogmático. Sin respetar acuerdos bilaterales, regionales ni multilaterales, se fue impidiendo el ingreso de bienes de las más variadas características. Sus instrumentos principales fueron las licencias no automáticas de importación, ahora eliminadas ante el riego inminente de recibir severas represalias . Pero quedó vigente la peor aún Declaración Jurada de Necesidad de Importación, un instrumento no conocido en el mundo, que implica una autorización oficial para comprar en el exterior cualquier tipo de bienes. Como si esto fuera poco, se ha recurrido al desprestigiado intercambio compensado, que exige vender al exterior para poder comprar por igual monto, generando sobrecostos y todo tipo de distorsiones.Finalmente, sin agotar el recetario, se suele recurrir a decisiones oficiales sin fundamento legal que lo avale, violando acuerdos de alta jerarquía internacional. Lo mismo sucede con las exportaciones. Una prueba es el cobro de impuestos a las exportaciones que tienen por destino las naciones que integran el Mercosur, en violación de su tratado constitutivo. También, el Registro de Operaciones de Exportación (...

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