Crece la presión sobre los Mossos para neutralizar los colegios electorales

MADRID.- Alguien tan experimentado en lides políticas como el ex presidente Felipe González calificó el . Un quiebre generador, además, de la "más profunda ruptura de la convivencia social". Algo tan mal manejado que le recuerda "el fallido Estado de Venezuela", donde, cada vez que algo le sale mal el gobierno del presidente Nicolás Maduro crea instituciones a su medida y antojo.

Ese tipo de advertencias alarmantes se sumaron ayer a la orden del gobierno central a la policía regional catalana de que identifique a los responsables de escuelas y otras instalaciones que se usarán en el referéndum, previsto para el próximo domingo, y se les advierta de su obligación de no ceder esos centros para la votación, prohibida por la justicia. Así, España y Cataluña avanzan, sin pausa, hacia la tormenta perfecta que se desencadenará con la consulta en caso de que finalmente se lleve a cabo.

"Quedan tres días de campaña. A esto ya no lo para nadie", desafió, anoche, el presidente del gobierno regional, Carles Puigdemont. Ajeno a tales calamidades, el ex periodista acaricia ya el sueño de pasar a la historia como el promotor del mayor quiebre regional en el país.

En Washington, en tanto, el presidente del gobierno español, , lograba el esperado apoyo de su par norteamericano, Donald Trump, en contra de todo esto y en favor de la unidad de España.

"España es un país y sería una tontería que Cataluña no siguiera formando parte de él", dijo el republicano. El gesto, aplaudido por el equipo de Rajoy, no parecía destinado a quebrar voluntades dentro del colectivo separatista catalán, donde abundan verdes, antisistema y anticapitalistas y donde Trump, precisamente, no es muy popular.

La crisis catalana forzó al dirigente español a anular un viaje a Estonia para participar en una cumbre informal de la Unión Europea (UE), y su ejecutivo decidió postergar la adopción del proyecto de presupuestos de 2018.

Los que anoche transpiraban más que ninguno eran los llamados Mossos d'Esquadra, tal como se conoce a la policía regional catalana. Obligados por ley a acatar las órdenes de la Fiscalía General de la Nación, se aprestaban a regañadientes a cumplir con el mandato de "precintar" los posibles locales de votación.

"Bestias, las ideas no se precintan", respondieron los militantes independentistas. Un mensaje con aroma sarmientino dirigido no a los agentes, sino a los "fascistas de Madrid" que dieron semejante orden.

Cabizbajos, de paisano -para no ser reconocidos- y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR