Crece la tensión en el Colón

La temporada del Teatro Colón culmina con un escenario en el cual los conflictos se agudizan al máximo y las últimas funciones se suspenden con el correr de las horas. Ayer por la tarde, en una conferencia de prensa convocada de urgencia a la mañana, Pedro Pablo García Caffi, director de la sala, anunció junto a otros miembros del gabinete la suspensión de entre 40 y 60 trabajadores del Colón. "Lo que se ha definido -apuntó Andrés Ibarra, secretario de Recursos Humanos - es realizar un sumario y la suspensión indefinida de [las personas involucradas] con la imposibilidad de acceso al Teatro Colón hasta tanto se defina la situación. Hoy mismo se inició el proceso de notificación."Horas antes, los trabajadores del Colón agrupados en ATE -aquellos que el gobierno porteño visualiza como los nuevos "piqueteros de la cultura"- realizaron un acto de protesta en la puerta del gobierno de la ciudad. Según diversas fuentes, tocaron alrededor de 140 músicos, tanto de la Filarmónica como de la Sinfónica, cifra que pondría en duda el argumento de que se trata de un grupo reducido."No creo que hayan tocado 140 músicos. Y si tocaron 140, me hago la siguiente pregunta: ¿por qué tocaron hoy y no anoche, en el teatro? ¿Por qué tocan hoy en la calle y no tocan hoy, en la ópera? Quiero esa respuesta y, seguramente, eso se lo deben preguntar a ellos", sostuvo García Caffi."Tocamos en la calle porque queremos un aumento de salario del 40 por ciento. Y aunque ese punto es un emergente de nuestra situación, con un sueldo de bolsillo de 4500 pesos, como promedio, no llegamos a fin de mes. Y aclaro que, de lo que ganamos, tenemos que pagar el mantenimiento de nuestros instrumentos". Horas después, quien contesta a García Caffi es José Piazza, músico de la Filarmónica. Piazza es también delegado del Colón y será, seguramente, uno de los tantos sumariados.La línea argumental que con nerviosismo expresó García Caffi no difiere demasiado de lo expresado por el compositor en el reportaje publicado ayer, en esta sección. Ante algunas preguntas, el director se mostró un tanto molesto. Quizás el tono más conciliador de Hernán Lombardi, ministro de Cultura, que se sentó a su lado junto al ministro de Hacienda, lo llamó a la reflexión: "No es el enojo lo que nos debe dominar, sino, al contrario, la racionalidad. Yo me siento conmovido porque vine a dejar un teatro mejor que el que tomé, cosa que voy a hacer porque es mi trabajo. Creo que tendré que sacar el enojo del medio porque no hay...

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