Cómo crear empleo: el debate por las políticas laborales

Reducir los costos de contratación para las empresas, promover un blanqueo de trabajadores hoy no registrados, lograr un "empalme" entre planes sociales y empleos en la actividad privada, incentivar las prácticas formativas, renovar la letra de los convenios colectivos, ajustar clavijas para intentar disminuir el número de juicios en el mundo del trabajo.

De esas estrategias se habla por estos días en materia de mercado laboral, en un contexto en el cual ni la actividad económica ni consecuentemente el empleo dan aún muestras claras de un repunte que marque ya el inicio de un período de crecimiento. Si se parte de la primera condición necesaria, es decir, de un escenario con mayor actividad, ¿es posible incentivar la contratación de empleados con la aprobación de medidas como las mencionadas? ¿O los efectos posibles podrían estar más bien vinculados a la calidad de las ocupaciones o al nivel de ingresos?

Según fuentes del Gobierno y de la CGT, las conversaciones por alcanzar un consenso por un conjunto de medidas se centran en los cuatro primeros temas citados en el primer párrafo.

En lo referido a la baja de costos, se proyecta disponer un monto salarial temporalmente exento de contribuciones para nuevos empleos, siempre que la empresa en cuestión incremente su número de trabajadores. Según aclara a LA NACION Héctor Daer, uno de los sindicalistas jefes de la CGT, la exención sería sobre la parte de la contribución empresaria que se destina a financiar diferentes pagos de la seguridad social, y no sobre lo que va a las obras sociales. Si, por caso, el monto exento se fijara en $ 10.000, no se pagaría nada (por el concepto afectado) por un salario de $ 9000, en tanto que por una remuneración de $ 12.000 se contribuiría sobre $ 2000.

¿Cuáles son y qué peso tienen las cargas laborales? Por un lado, de su salario bruto, el empleado aporta un 11% al sistema jubilatorio, un 3% a la obra social y otro 3% para el PAMI (según el caso, podría haber también aportes al sindicato; además, existe un tope para calcular los porcentajes citados). El empleador contribuye con un 6% para la obra social y con una alícuota de 17 o 21% (según la actividad) para el régimen previsional, el PAMI, el seguro de desempleo y las asignaciones familiares. La suma de aportes y contribuciones hace que de cada $ 100 que le llegan al empleado (si no está alcanzado por Ganancias), el costo total sea de unos $ 150, a lo cual hay que sumar conceptos como el seguro de riesgos laborales o pagos al sindicato eventualmente acordados.

Más allá de lo que se proyecta, hoy hay rebajas vigentes que...

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