El costado más valioso de las audiencias públicas

Los aumentos tarifarios fueron dispuestos sin haber realizado las audiencias públicas. Las medidas cautelares dictadas por distintas porciones del Poder Judicial se fundamentan, precisamente, en esta omisión. Como no son vinculantes, muchos sugieren que el Poder Ejecutivo las convoque "y después haga lo que le parezca". ¿Es que las referidas audiencias no sirven para nada? ¿Qué parecido existe con el diálogo que se desarrolla, luego de cualquier presentación, en una conferencia o un congreso profesional?

Qué mejor, en este caso, que consultar al probablemente conferencista más famoso de todos los tiempos. Me refiero al norteamericano Samuel Langhorne Clemens, más conocido por su seudónimo, Mark Twain, autor de Las aventuras de Tom Sawyer, Príncipe y mendigo, y Un yanqui en la corte del rey Arturo.

-¿Cómo explica el éxito de los conferenciantes en su época, y particularmente el suyo?

-Antes de que se inventara y popularizara el cine, la gente se entretenía escuchando música, asistiendo a los teatros y escuchando conferencias. Para ganarme la vida organicé verdaderas giras, tanto en mi país como en Inglaterra. A juzgar por los resultados es claro que mucha gente me prefirió, frente a las alternativas.

-A causa de lo cual usted debe haber ganado mucho dinero, lo que le aseguró un buen pasar económico.

-Lo primero es cierto, y ocurrió antes de que en Estados Unidos se cobrara el impuesto a los ingresos. Lo segundo no tanto, porque dediqué muchos recursos a financiarle inventos y proyectos a mi hermano Orion, que no resultaron exitosos. Además de lo cual nunca fui prolijo con mis cuentas.

-¿Y entonces?

-Afortunadamente me dio una mano Henry Huttleston Rogers, quien me rescató de la bancarrota y puso en orden mis números.

-¿Por qué es importante, para el conferencista, que el público pueda expresarse terminada una alocución?

-Por dos razones. En primer lugar, por respeto al público. Cae muy mal que quien terminó de escuchar una conferencia no pueda hacer alguna acotación o pregunta. La segunda, más importante para el conferencista, es que cada pregunta contiene mucha información. De lo que le interesa a quien pregunta, datos que no fueron tenidos en cuenta, etcétera. Exagerando un poco, en el debate que sigue a una conferencia está la semilla de la próxima.

-¿Ve alguna similitud, con el caso de las audiencias públicas, previas a una...

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