Corrupción policial, un grave problema político

Dos hechos ocurridos la semana que hoy termina muestran claramente hasta qué extremos avanza la corrupción dentro de las fuerzas policiales y muestra, al mismo tiempo, el fracaso de las autoridades políticas para combatirla.Nos referimos, por un lado, al comisario http://www.lanacion.com.ar/1520819-admite-el-gobierno-de-santa-fe-que-perdio-el-control-de-la-policia como jefe de la Policía de la provincia de Santa Fe tras resultar acusado de presunta participación en el tráfico de drogas y, por el otro lado, a las condenas que recibieron ocho efectivos de la Policía Federal por haber integrado una asociación ilícita que funcionó, entre 2008 y 2009, en la Comisaría 49ª, con jurisdicción en los barrios de Saavedra y Villa Urquiza. Uno de los condenados, el comisario José Carranza, se encontraba al frente de esa repartición.Recordemos, además, la presencia cada vez más frecuente en las crónicas policiales de noticias referidas a la intervención de efectivos de las fuerzas de seguridad en hechos delictivos que ellos debían reprimir. Así, se ha visto la actuación de gendarmes en el tráfico de drogas y de miembros de la Policía Federal y de las policías provinciales en el tráfico de mujeres secuestradas y forzadas a ejercer la prostitución.Las condenas a la cúpula de la Comisaría 49ª y las gravísimas http://www.lanacion.com.ar/1520099-se-agrava-la-crisis-en-el-area-de-seguridad-de-santa-fe quien ha proclamado su inocencia, confirmarían que la corrupción policial no puede extenderse ni perdurar sin la imprescindible complicidad de muy altos efectivos. Ambos muestran, a su vez, que una de las principales dificultades que encuentra la lucha contra esta clase de corrupción, además de la falta de voluntad política, es el lógico miedo de los testigos a declarar ante la Justicia por temor a graves represalias por parte de los policías involucrados.Fue el sargento Dionisio Estanislao Duarte quien denunció una red de policías de la Comisaría 49ª que extorsionaba a los comerciantes del barrio. Duarte se desempeñó en esa dependencia en 2009. "Habían montado un sistema de cobro a restaurantes y otros locales comerciales para brindarles seguridad ?expresó?, y el que no quería aportar sufría un afano. Sacaban policías de la calle para apostarlos en los lugares que pagaban".Como Duarte se negó a intervenir en las extorsiones, comenzó a sufrir sanciones, arrestos y repentinos cambios de horarios. Finalmente, el sargento denunció los delitos que había presenciado y sostuvo que el...

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