La corrupción domina el inicio de la campaña, pero no garantiza votos

El inicio de la campaña electoral quedó teñido por un tema dominante: la corrupción. La situación de Julio De Vido, la investigación por Odebrecht, la citación a la procuradora Alejandra Gils Carbó, el futuro del camarista Eduardo Freiler, las causas de Cristina Kirchner y la defensa de Gustavo Arribas, entre otros casos, se impusieron en la agenda pública por sobre los temas económicos o sociales.

Sin embargo, no siempre es percibido como un problema crítico y en las encuestas muchas veces es superado por temas como inflación, inseguridad y desempleo. Y más aún, no tiene un correlato directo en votos y sólo es considerada una variable clave en segmentos sociales muy específicos.

Así lo sostienen una serie de sondeos privados y un conjunto de especialistas consultados por LA NACION, quienes remarcaron que en los grupos más definidos políticamente y en los sectores sociales con más necesidades básicas insatisfechas la corrupción no define su conducta electoral. Incide mucho en esa actitud la naturalización de los ilícitos, la falta de resoluciones judiciales y la priorización de los temas económicos.

La agenda pública del primer tramo de la campaña quedó casi totalmente dominado por los casos de presunta corrupción. La situación de Julio De Vido, la investigación por Odebrecht, la citación a Alejandra Gils Carbó, el futuro del camarista Eduardo Freiler, las causas de Cristina Kirchner, la defensa de Gustavo Arribas, entre muchos otros temas se impusieron por sobre temas económicos o sociales y se transformó en eje de debate entre los candidatos.

Sin embargo, en las encuestas la corrupción no siempre se ubica entre los principales temas de preocupación de la sociedad, donde se destacan la inseguridad, la inflación y el desempleo, y por eso parece no tener un correlato directo al momento de decidir el voto. Es decir, mucha atención social y mediática, pero acotada incidencia electoral.

Los porqués son varios: desde la idiosincrasia cívica argentina hasta las condiciones socioeconómicas del votante, pasando por la ponderación de otros factores, especialmente en aquellos electores que ya tienen su voto decidido. Sólo entre los votantes que no son fieles a un partido o a un determinado dirigente, los avances judiciales pueden inclinar la balanza.

Según datos de la consultora Managment & Fit, en general este ítem ocupa el quinto o sexto lugar en el orden de preocupaciones, mientras que la inflación, el desempleo y la inseguridad suelen llevarse...

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