A correr, que la vida está en otra parte

Cuando Henry David Thoreau agonizaba en su lecho de muerte, un amigo le preguntó si ya podía ver "la costa más lejana". La respuesta combinó dosis parejas de sabiduría y pragmatismo: "Una vida por vez", susurró el filósofo de Nueva Inglaterra. Durante toda su existencia, este discípulo de Emerson cuyos escritos inspirarían a Gandhi había vivido bajo la premisa del despojamiento. En verdad llevaba en sí la sed de los místicos y lo quería todo, pero sabía que cuanto menos tuviera, más cerca estaría de alcanzarlo. Por eso en julio de 1845 se internó en los bosques de Walden, donde vivió dos años, dos meses y dos días en una pequeña cabaña con la intención de afrontar "solo los hechos esenciales de la vida". Su testimonio es Walden, un libro quizá más vigente que nunca."Una cosa por vez", sería la enseñanza de Thoreau en estos tiempos de multitasking. No ha de existir hoy un consejo más difícil de seguir. Cableados como estamos a la matrix, el mundo entero, con su historia incluida, nos quema en la palma de la mano reclamándonos una atención que entregamos sin remedio ni beneficio de inventario. Por supuesto, no se trata del mundo real, que quedó relegado, sino de un sucedáneo donde lo existente ha sido traducido a un fulgor continuo que adopta la forma del deseo y cambia constantemente a golpes nerviosos de pulgar. Sin embargo, esa abundancia que nunca colma ha empezado a provocar un cansancio que, más que en el cuerpo, se aloja en el alma.Los síntomas del hartazgo son cada vez más frecuentes. El más reciente se conoció esta semana. Una encuesta de la consultora Deloitte reveló que la mitad de los usuarios de servicios de streaming sienten angustia o ansiedad ante la oferta interminable de contenido que existe en las plataformas. Frente a esa multiplicación virtualmente infinita de alternativas, estos usuarios no acaban de decidirse por alguna y son presa de un sentimiento de frustración. En muchos casos, estas personas surfean por decenas o centenas de opciones sin hacer clic en ninguna de ellas. Así, lo que iba a ser el disfrute de una película o una obra musical acaba convirtiéndose en una deriva sin fin, una búsqueda agónica que no termina de resolverse y que cifra en sí misma la verdadera naturaleza de nuestra relación con la web.Me ha sucedido más de una vez. Por lo general, durante esos viernes en los que no solo acaba el día sino también una semana brava que, tras llegar a casa...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR