Coronavirus: primer balance; ni muy muy, ni tan tan

Como se está por cumplir un mes desde que apareció el primer argentino con coronavirus, creo que es tiempo de preguntarnos qué tal lo estamos haciendo. A mí, el balance de este mes me da balanceado: ganamos y perdemos. El punto más alto fue el anuncio de la cuarentena obligatoria hecho por Alberto Fernández en Olivos. "Che, estuvo muy bien el profesor, eh", me chatearon varios apenas terminó el discurso de 7 minutos, acompañado de líderes opositores. Lástima que no estaba Cristina: se había ido a Cuba a gestionar la llegada de 500 médicos. De ellos, 100 para atender a Florencia.¿Médicos? Sí, son médicos, y también gente a sueldo del régimen, y también embajadores de la revolución. Tipos muy competentes, por cierto. Al salir de Cuba, Flor posteó -no lean lo que escribió ese día en Instagram porque podrían llegar a conclusiones apresuradas- que estaba llorando "lágrimas negras". Su madre la tranquilizó: "Se te corrió el rímel, nena". Si Alberto se ganó las palmas por su discurso y su hiperactividad, Cristina perdió muchos puntos descansando a la sombra de palmeras en las playas de La Habana. Y, sobre todo, manteniendo un llamativo silencio sobre la pandemia. El país atraviesa un drama gigantesco, social, sanitario y económico, y ella, nada. Tengo tres teorías para explicar ese ominoso mutismo: 1) Está tan angustiada que no le salen las palabras. 2) Para preservarla del contagio, Alberto la tiene encerrada en un baño de Olivos. 3) No la dejan decir lo que ella piensa: que el coronavirus es un yuyo.Más allá de la utilidad de los 500 médicos, para dar una mano en Buenos Aires yo hubiese traído, no sé si de Cuba, a otros profesionales. Psicólogos, sociólogos, economistas, comunicadores, todos dedicados a asistir a Kicillof. Me da pena, en serio, verlo tan desprovisto de armas para el laburo que le ha caído encima. Ya tenía serias dificultades antes del virus. Máximo Kirchner puede ser muy cruel aun sin proponérselo. Lo llama "Axel 19". Para terminar con los médicos cubanos, digamos que el Presidente ya pensó en cómo retribuir el gesto: les va a mandar a Ginés.Sigo con el balance. También me da positiva la actuación de la ministra de Seguridad, esta chica Sabina Frederic. Tiene un problema ideológico y cultural con cualquier cosa que huela a milicos, y se ha visto obligada a sacarlos a todos a la calle y a aparecer en las fotos con ellos. Por suerte, el distanciamiento la exime de tener que darles la mano. A ella le preocupan más los excesos en...

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