Coronavirus en la Argentina: las restricciones de la crisis empujan al Gobierno a poner un freno en el gasto público

El Gobierno sacó el pie del acelerador del gasto público. Frente a un paisaje inquietante por y con la cuarentena sin fecha de vencimiento, en el equipo económico comenzaron a sobrevolar dos fantasmas: que la gestión de Alberto Fernández se quede sin fondos para reanimar la economía de la pospandemia y que la emisión monetaria -que aumentó un 18% entre febrero y mayo- se desequilibre e impacte en la inflación.La "calibración del gasto", según pudo reconstruir LA NACION entre importantes funcionarios, fue el tema ineludible de las últimas reuniones semanales del gabinete económico. Esos debates reservados explican, en parte, la decisión de de comenzar a revisar la base de beneficiarios del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y de pagar algunos , mientras se deja congelada la paritaria del sector público."Necesitamos no extralimitarnos y establecer prioridades, porque debemos contar con un margen de fondos para la salida de la pandemia", dijo a este medio uno de los funcionarios al tanto de las decisiones económicas del gabinete.Si al comienzo de la cuarentena Fernández había manifestado que la cuestión fiscal estaba en "segundo plano", ya la semana pasada, en la entrevista con Telefe Noticias, dijo que seguirá socorriendo "todo lo que esté al alcance", un sutil cambio discursivo que refleja la encrucijada. Al Presidente le obsesiona la crisis de demanda que planteó el coronavirus.En los seis meses que lleva el Gobierno, el equipo económico trabajó con tres targets de déficit: el del inicio, planteado en base a la pesada herencia de la economía de Mauricio Macri; el que se inauguró con la pandemia, cuando Fernández ordenó inyectar todas las medidas anticíclicas que estuvieran en el manual (de hecho el déficit de abril alcanzó los $228.821 millones); y la fase actual, a la que bautizaron de "calibración" del gasto, ante un agujero fiscal que este año podría rozar los 7 puntos del PBI.Hasta ahora, el ATP demandó un gasto de unos $45.000 millones por mes y el IFE, que alcanza a 9 millones de personas, de unos $180.000 millones en dos meses. En el Gobierno quieren apuntalar las líneas de crédito, que tuvieron una recepción moderada. Por ejemplo, planean extender el crédito a tasa cero, que fue pensado para 1,3 millones de personas y fue adquirido por menos de 500.000.Medidas calibradasTras distribuir dos rondas de ATP, el Gobierno definió en los últimos días que la tercera edición del programa estará enfocada solo en los más necesitados. El...

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