La Copa que nose casa con nadie

RÍO DE JANEIRO (De nuestros enviados especiales).- Cuarenta años atravesando el planeta desde que la levantó Frank Beckenbauer en 1974, en Munich, carga la copa que hoy presidirá la final desde un costado del campo, en el Maracaná. A partir de entonces pasó de manos nueve veces, y así seguirá sucediendo: ya no rige aquella disposición que valía para su predecesora, la Copa Jules Rimet, que le fue dada para siempre a Brasil por haberla ganado en tres ocasiones. El actual trofeo es propiedad perpetua de la FIFA, a cuya sede volverá poco después.La AFA o la DFB, la federación alemana, sólo atesorarán una réplica. El original tiene un valor material considerable más allá del simbólico: son 6,175 kg de oro de 18 kilates, esculpidos como la figura de dos atletas que sostienen el globo terráqueo. En la base de malaquita -una piedra semipreciosa de color verde- se van agregando placas con el nombre del país ganador en su lengua nativa y el año de la conquista. Ya constan diez (dos veces Alemania, dos la Argentina, dos Italia, dos Brasil y una España y Francia), y hay lugar disponible hasta el Mundial de 2038.Este trofeo aún escribe su historia después de la novelesca existencia del que lo precedió. La Copa Jules Rimet -nombre elegido en homenaje al...

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