Del 'control' parental al cuidado

Es comprensible que cueste ese silencio misterioso en el que a veces se sumergen los hijos adolescentes. Antes abiertos y transparentes frente a la mirada de sus padres, hoy parecen inaccesibles y lejanos. Se trata de la famosa pubertad, la edad de las respuestas monosilábicas, de la puerta del cuarto cerrada y el sonido del teclado de la compu "a full" que se escucha allá, a la distancia, mientras el mundo interior de los jovencitos empieza a ganar en espesor.

En este punto es que vale reiterar la diferencia entre cuidar y controlar. Cuidar a los hijos es esencial, y, solamente a veces, el control es parte de ese cuidado. Controlar (dominar, someter) por sí mismo no significa un cuidado, y, por el contrario, la exageración en la idea de que cuanto más se controle (y sólo controle) a los hijos más se los protege del mal, genera efectos contraproducentes.

Un ejemplo de esto es lo que ocurre con la computadora. Los chicos la manejan generalmente mejor que sus padres en términos técnicos, si bien es verdad que hay que educar a los chicos a transitar la red de una manera similar a como se les enseña a andar por la calle, como bien dice Sebastián Bortnikk, especialista en el tema de la protección de los chicos respecto de los riesgos de las redes.

"No hables con extraños", "andá atento y mirá al cruzar", "no abras la puerta a quien no conocés", podrían ser consignas aplicables con firmeza implacable a la vida de la ciudad, pero también a la del tránsito por las redes. Pero más allá de esas consignas esenciales, el mundo en el que transitan los chicos escapa al control parental, y eso pone nerviosos a muchos padres que preguntan, pero no por curiosidad y afán de saber, sino con ánimo de controlar y fiscalizar la actividad de sus hijos.

Así preguntados, los chicos responderán con desagrado, con monosílabos, con evasivas, porque no es grato ser interrogados de manera policial acerca de una actividad recreativa. Los defensores de la "doctrina de la seguridad ante todo" dirán que hay que prevenir a toda costa, olvidando que si...

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