Ya construyen casillas en Lugano

Con tirantes de madera, chapas retorcidas, caños, pedazos de paneles de fibra de vidrio o cualquier otro material más resistente que una lona o una sombrilla, http://www.lanacion.com.ar/1668331-villa-lugano-se-suspendio-el-desalojo-del-predio-ocupado

a la villa 20 continuaron ayer la construcción de casillas en los más de 500 lotes que fueron subdivididos desde el lunes con cintas y cables. A pesar de que aún no se resolvió el conflicto y no saben si podrán permanecer en el terreno, la mayoría de las familias ya tienen acceso a energía eléctrica a través de conexiones ilegales.

http://www.lanacion.com.ar/1668329-villa-lugano-legisladores-portenos-formaron-un-cordon-humano-en-el-ingreso-al-predio

con el temor de un posible desalojo luego de que se frustró el operativo previst, anteayer, con decenas de efectivos de la Policía Metropolitana desplegados por todo el perímetro del predio. Pero están dispuestos a defender a machetazos lo que ya consideran su tierra. "Vamos a resistir. Si nos pegan, vamos a resistir igual", dijo Beatriz a LA NACION mientras cuidaba una porción de terreno en el que una de sus hijas planea construir una casilla.

Cuando contaba que desde hace 40 años vive en la villa 20, que esperó nueve años la promesa de una vivienda y que en su casa de cuatro habitaciones viven 25 personas (14 adultos y 11 niños), Beatriz se distrajo por los gritos que llegaron de lo que era algo parecido a la manzana de enfrente. "Me importa un carajo tu hermana. ¿Vos querés pelear? Vamos a pelear", desafió una mujer a otra. Y ahí nomás se tomaron de los pelos, se revolcaron entre los yuyos y, a los manotazos, siguieron increpándose. "Es muy triste que pase esto. Es muy doloroso", resumió Beatriz, secándose algunas lágrimas y con la vista puesta en la mujer que, con el machete en la mano, se paró desafiante en el terreno que se ganó.

"¿Sabés lo que pasa? Acá hay muchos que están haciendo un negocio. Vienen de prepotentes a copar la parada. Te sacan tu terreno y después lo venden", contó Marcelo, que cuidaba la carpa donde pasó la noche. Allí planea vivir con su mujer y su hija. Como él, la mayoría de los ocupantes alquilan una pieza en la villa 20. Pagan un monto mensual de entre $ 600 y $ 1200. De las precarias casillas que están al lado del predio salen los materiales con los que se construyen las nuevas viviendas. Son los mismos habitantes de la villa los que donan las chapas o las maderas.

"¡Dale, Negrita, que esto se descongela!", gritó Manu...

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