Conocé cómo son las viviendas que construye el Gobierno por dentro y la intimidad de quienes viven en ellas

Vista aérea de Rodrigo Bueno, el barrio popular ubicado detrás de Puerto Madero

El sueño de la casa propia, el desafío de articular los deseos de cientos de personas, la necesidad de resolver la situación habitacional de miles de familias porteñas y garantizarles el acceso a los servicios públicos: todo eso -y mucho más- se conjuga en el proyecto de integración urbana de los barrios populares que lleva adelante el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a través del Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC). A cuatro años de iniciado el proceso, LA NACION recorrió Rodrigo Bueno y Playón Chacarita, accedió a las nuevas viviendas y recopiló testimonios y experiencias de los vecinos.

Los comienzos

La Ciudad impulsó distintos procesos de integración socio-urbana en ocho barrios populares: Rodrigo Bueno, Playón Chacarita, Carrillo, Lacarra, Lamadrid, Padre Ricciardelli, 20 y 31. El primer paso fue hacer un censo en cada uno de ellos para tener información detallada sobre cuántas personas viven en el lugar y en qué condiciones lo hacen. Después, elaboró un proyecto de ley en conjunto con las familias, delegados y organizaciones barriales. "Se realizó una ley de urbanización que fue aprobada por la Legislatura porteña, con el objetivo de que ningún cambio de administración afecte la continuidad del proyecto", explica durante la recorrida por Rodrigo Bueno el presidente del IVC, Gabriel Mraida. Aunque cada lugar tiene sus propias lógicas, hay tres grandes ejes que estructuran todos los procesos: el habitacional, el urbano y el económico.

Rodrigo Bueno: a la izquierda, el macizo histórico y a la derecha, las construcciones nuevas

El primero implica la mudanza de familias a viviendas nuevas construidas por el Gobierno porteño en el barrio o bien a casas que estén por fuera, según corresponda el caso. Además, comprende el mejoramiento edilicio de aquellos hogares ubicados en el barrio histórico que permanezcan habitados por los vecinos. El segundo eje tiene que ver con la integración del barrio a la ciudad y comprende la apertura de calles y pasajes para facilitar el tránsito y el acceso a servicios básicos. El último punto importante del proyecto apunta a potenciar la actividad productiva de cada barrio.

"Todo el proceso lleva muchas conversaciones. En cada barrio hay un coordinador, equipos técnicos y sociales . A veces eso atenta con la celeridad, pero creemos que también es lo que le da apropiación y riqueza al proceso. Cuanto más consenso hay, la política se puede sostener a más largo plazo", afirma Mraida. "Los vecinos que viven acá saben cuáles son las necesidades, carencias y lo mejor que tiene el barrio. No hace falta que el Estado venga a inventarlas o a contárselas", agrega.

El barrio Rodrigo Bueno

Llegando por la avenida España al 1800 se encuentra la entrada al barrio Rodrigo Bueno, que está ubicado en el extremo sur de la Reserva Ecológica de Buenos Aires, a unos 350 metros de la orilla del Río de la Plata en el bajo porteño. Hacia el Sur limita con un canal formado por un desagüe pluvial que lo separa del predio de la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors. La foto dista bastante de lo que algún día fue Rodrigo Bueno: para empezar, se accede por una calle amplia y de asfalto. A la derecha y a la izquierda, hay viviendas y algunos pequeños comercios. También hay escombros y estructuras a medio derrumbar.

Es que el proyecto de integración socio-urbana contempla la construcción de viviendas nuevas y la dotación de infraestructura básica en el barrio histórico, por lo que, señalan desde el IVC, es necesario hacer aperturas de calle. Actualmente, se están ejecutando tres, luego de la demolición de 225 casas del macizo. "Una vez sancionada la ley y conformada la MGP (Mesas de Gestión Participativa), se arma todo el masterplan. Ahí equipos técnicos diseñan el barrio, con criterios que define el Estado y también los vecinos, respetando trayectorias e identidades", asegura Paula Mariano, subsecretaria de Integración Social y Hábitat.

Llegando por la Avenida España al 1800 se encuentra la entrada al barrio

"Las aperturas son recientes y mejoran un montón la seguridad y la iluminación. Cambia la dinámica del barrio. Primero se muda a las familias, luego se demuele y se hace la apertura", explica Mraida. Según datos del censo realizado en 2016, en el barrio viven 2665 personas, agrupadas en 996 familias y hay 563 viviendas. En ese entonces, al 81% de ellas se accedía sobre un pasillo; el 99,2% no tenía medidor de luz eléctrica; el 88% estaba conectada informalmente a la red pública de agua; el 95,9% tenía gas por garrafa y el 57%, pozo ciego.

Según datos del censo realizado en 2016, en el barrio Rodrigo Bueno viven 2665 personas, agrupadas en 996 familias y hay 563 viviendas. Actualmente se contabilizan 611 viviendas nuevas.

Parte del macizo histórico de Rodrigo Bueno

Las nuevas viviendas

En total, en Rodrigo Bueno se construyeron 611 viviendas nuevas. Cada manzana tiene entre cuatro y cinco consorcios, que cuentan a su vez con entre 12 y 13 departamentos. Las tipologías varían: hay de dos, tres y cuatro ambientes, de entre 80 y 180 m². "Históricamente se instaló el concepto de vivienda social como clase B, pero acá tenemos la misma calidad constructiva que cualquier obra pública de la Ciudad de Buenos Aires. Lo importante es cortar con las lógicas de hacinamiento. Por eso, las unidades son de calidad, espaciosas, preparadas para familias grandes", sostiene Mraida.

Cada manzana tiene entre cuatro y cinco consorcios, que...

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