El Congreso sancionó una sola ley en cuatro meses y gastó $15.000 millones

Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa, las dos máximas autoridades legislativas

Durante los últimos cuatro meses los pasillos de la Cámara de Diputados fueron un páramo . Con las comisiones inactivas y sin sesiones en el recinto, los pocos legisladores que pululan por el edificio se desconciertan ante tan prolongada parálisis. Cuando se pregunta por el motivo, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio , los dos bloques mayoritarios, no tardan en achacarse mutualmente la culpa, ensimismados en su enfrentamiento estéril.

Los resultados están a la vista: en lo que va del año el Congreso sancionó una sola ley , la que ratificó el acuerdo de nuestro país con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pese a tan bajo rendimiento, ya consumió $15.000 millones para su funcionamiento, casi el 40% del presupuesto asignado.

Recién esta semana, cuando ya pasaron cuatro meses, las pocas comisiones que fueron conformadas en la Cámara de Diputados arrancarán con su agenda , pero aún restan constituir otras 32. La demora, tan prolongada como inexplicable, no tiene antecedentes en el cuerpo, coinciden los veteranos en las lides legislativas.

La primera víctima es la agenda de la Casa Rosada , que remitió a la Cámara baja la mayoría de sus prioridades legislativas. Hasta ahora el oficialismo, en minoría y convulsionado por sus divisiones internas, no pudo ofrendarle ninguna .

Por contrapartida, en el Senado la mayoría oficialista comandada por Cristina Kirchner integró las comisiones en tiempo y forma, aunque focalizó sus prioridades en los intereses de la vicepresidenta: ya dio media sanción a la modificación de la ley del Consejo de la Magistratura y ahora va por la ampliación de la Corte Suprema . Los asuntos de interés de la Casa Rosada, salvo el acuerdo con el FMI, quedaron relegados a un segundo plano.

El control, ausente

Las dos funciones básicas que la Constitución Nacional le asignó al Poder Legislativo -la de legislación y la de control- lucen por su incumplimiento. El Poder Ejecutivo está de parabienes en su silenciosa táctica de emitir decretos de necesidad y urgencia (DNU), un atajo que le permite dictar medidas sin esperar la aprobación parlamentaria. Hasta ahora se acumularon 23 DNU en la Comisión Bicameral de Seguimiento de Trámite Legislativo a la espera (por ahora vana) de que los diputados y senadores los revisen.

No parece haber demasiado apuro: pese a que se trata de una de las comisiones más relevantes del Congreso -de hecho, por...

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