'Fue a conciencia, no hay atenuantes'

Frialdad, ferocidad y perseverancia. Con esas tres palabras el psicólogo uruguayo Jorge Baffico, que analizó decenas de casos de crímenes violentos y se especializó en el estudio de mentes criminales, define la actitud con que los dos jóvenes homicidas de Jonathan se habrían conducido durante el calvario que le hicieron sufrir a su víctima.Un calvario que lo llevó de su casa al monte con la falsa promesa de una cacería de pájaros, de allí al aljibe donde se escondió cuando vio brillar el filo del machete y del cuchillo, y luego a la muerte segura una vez que fue persuadido, con otro engaño, de abandonar su precario refugio en el pozo de agua."Nunca vi una cosa tan terrible en Uruguay, incluso es raro en otros países, por eso llama la atención. Parece un caso de violencia por la violencia misma, de odio por el odio. Como esos estudiantes disparando en escuelas de Estados Unidos", dijo Baffico a LA NACION."Por los pocos datos que se han dado a conocer, como las declaraciones de la policía y de los menores detenidos, me llama la atención la frialdad con que ejecutaron la muerte del otro niño. Planificaron el homicidio, llevaron cuchillos y se hicieron acompañar por otra chica para acusar a Jonathan de intento de violación", explicó.De modo que la frialdad de la ejecución descarta la emoción violenta, la pelea casual llevada al extremo u otra justificación al calor del momento. ¿Será que estos...