Para competir con China, el G-7 lanza un megaplán de infraestructura destinado a América Latina y otras regiones

Los líderes del G-7 junto a los representantes de la UE, durante una sesión de la cumbre

PARIS.- En su segundo día de cumbre, el G-7 anunció este sábado un ambicioso plan mundial de infraestructura, destinado a los países pobres y emergentes, que incluye a América Latina. Liderado por Estados Unidos, el proyecto tiene como objetivo principal competir con China y con sus "nuevas rutas de la seda".

El plan de las siete principales potencias del mundo, bautizado "Reconstruir un mundo mejor" debería ayudar a gran parte del globo a recuperarse de las consecuencias de la pandemia, focalizándose en el clima, la salud, las actividades digitales y la lucha contra las desigualdades.

Después de haber prometido a los países desfavorecidos emplear todos los medios necesarios para prevenir futuras pandemias y decididos a competir con China, los dirigentes del G-7 apuestan a ese megaproyecto.

Reunidos hasta mañana en Carbis Bay, en el sudoeste de Inglaterra, los jefes de Estado y de Gobierno de Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña, Canadá, Japón y Estados Unidos se esfuerzan desde hace dos días en mostrar una excelente relación, a pesar de que las actuales tensiones entre Londres y la Unión Europea (UE) en torno al futuro de Irlanda del Norte ensombrecieron bastante el cielo de la bella estación balnearia. Esa situación de fragilidad del proceso de paz norirlandés también preocupa al presidente Joe Biden, que no dejó de tratarla con el primer ministro británico, Boris Johnson, apenas llegó de Washington.

Un frente unido ante China y Rusia

Después de haber acordado el viernes la respuesta a la pandemia, los líderes del G-7 se ocuparon este sábado del aspecto diplomático de la cumbre. El objetivo: presentar un frente unido ante China y Rusia después de los difíciles años de Donald Trump.

Con ese fin y por iniciativa del presidente Biden, el vasto plan mundial de infraestructuras anunciado por el G-7 para los países pobres y emergentes pretende hacer sombra a "las nuevas rutas de la seda", lanzadas por Pekín hace varios años para llevar la presencia china a los cinco continentes.

Al anunciar su proyecto desde Washington, la administración Biden estimó que se podrán movilizar centenares de miles de millones de dólares, sobre todo gracias al sector privado, y que el "tendrá un alcance global, desde América Latina y el Caribe hasta África y el Indo-Pacífico".

"No se trata de obligar a los países a escoger entre Estados Unidos y China. Se trata de proponer...

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