El comisario de Cristina en las sombras del poder

Carlos Alberto Zannini, un cordobés de 60 años y santacruceño por adopción, es la mano derecha de Cristina Kirchner. Con esa mano, la Presidenta escribe todos los decretos y leyes que luego aprueba el Congreso. El "Chino", como se apoda, proviene del maoísmo de los años 70. Es uno de los funcionarios que Cristina heredó del fallecido ex presidente Néstor Kirchner y junto con Máximo Kirchner y con Eduardo "Wado" De Pedro, conforma la mesa chica de Olivos.

El 25 de mayo de 2003, al asumir, Kirchner lo designó secretario legal y técnico de la Presidencia. Como dijo De Pedro en su cuenta en Twitter, es la "memoria y el corazón" del kirchnerismo.

Sin dudas, con su figura Cristina dio ayer una clara señal de que quiere cogobernar con Daniel Scioli. Zannini es Cristina en su estado más puro. Con él, es la propia Cristina la que se metió dentro de la fórmula de Scioli. Es hoy, casi, un presidente en las sombras. Un "duro" del kirchnerismo.

Hasta ayer, Zannini era, además, el padrino político de la precandidatura presidencial de Florencio Randazzo en el Frente para la Victoria. Habían construido una excelente relación a fuerza de las constantes visitas de "El Chino" al despacho del ministro del Interior y Transportes. Las oficinas están a pocos metros una de otra sobre el Patio de las Palmeras. Incluso, Zannini había logrado sacarle el área de Transportes al ministro de Planificación, Julio De Vido, meses después de la tragedia de Once, en 2012, para dársela a Randazzo y que éste construyera su campaña presidencial con anuncios y logros.

Según altas fuentes del Gobierno, Zannini le había dado su palabra a Randazzo de que Cristina, a la hora de la verdad, le iba a dar su apoyo para vencer a Scioli. De allí que Randazzo se presentaba como "el candidato K puro". En su última gran intriga, Zannini ungió a Scioli como el "candidato de Cristina".

Ex detenido de la dictadura militar, Zannini tiene una personalidad parca y agresiva con quienes no conoce, o con quienes supone sus adversarios. Y es muy afable con sus compañeros de ruta. Si bien es buen orador, y tiene gran formación política, cultiva un bajísimo perfil y rara vez hace declaraciones públicas. No se destaca por su carisma.

Es autor y conocedor de todos los decretos y secretos del kirchnerismo. Diseñó, él solo, la estructura jurídica de 12 años de poder. Como ideólogo, era uno de los sostenes clave de la influencia del fallecido filósofo Ernesto Laclau en el matrimonio Kirchner. La teoría del...

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