Quienes cometen delitos no son presos políticos, son delincuentes

El vergonzoso ataque a la Corte Suprema de Justicia de la Nación es otro aberrante ejemplo de la batalla que libran quienes solo buscan impunidadHace tres años, volaron toneladas de piedras contra el Congreso cuando los legisladores debatían la reforma previsional que impulsaba el macrismo. Hace apenas días, una enorme cantidad de bolsas de residuos fue arrojada contra la sede de la Corte Suprema de Justicia de la Nación por quienes piden la libertad de Milagro Sala, condenada por asociación ilícita y defraudación al Estado. Las imágenes trasuntaron la patética actuación de quienes pretendieron enlodar la labor judicial y desparramando decenas de bolsas de basura, lejos de autopercibirse ellos mismos como la suciedad que nos corroe como sociedad cuando se pretende pisotear el sistema republicano. Constituyen dos momentos distintos de la historia turbulenta de nuestro país, pero con objetivos idénticos: atacar a las instituciones de la República, horadando la democracia.El vergonzoso reclamo en favor de la dirigente tuvo todos los condimentos de las peores derivas autoritarias durante gobiernos constitucionales. Sus seguidores, como los de 2017 frente al Congreso, concretaron mediante violencia explícita el creciente vandalismo verbal que se profiere desde varios sectores del actual oficialismo, tendiente a imponer en la sociedad el burdo criterio de que quienes cometieron actos de corrupción no son políticos presos, sino presos políticos. Se trata de un absurdo asentado en otro argumento falaz, el del lawfare: la conspiración que dicen ver y sentir quienes carecen de pruebas que los exculpen.La líder de la agrupación Tupac Amaru, quien cumple prisión domiciliaria, fue condenada a 13 años de cárcel por haber desviado 60 millones de pesos que debieron ser destinados a la construcción de viviendas sociales. Esa causa forma parte de un expediente mayor en el que se investiga el defalco por 700 millones de pesos al Estado. Y no es la única causa que se le sigue ni la única condena que pesa sobre ella. El sábado, sin ir más lejos, se conoció que quedó firme el procesamiento dictado por el juez Pablo Pullen Llermanos en su contra, por una de denuncia en la que se la acusó de haber sido "determinadora" del delito de sustracción de un expediente.Distintos estamentos judiciales, en diversos momentos, se han venido pronunciando sobre las actividades ilícitas de la dirigente. No hay una Justicia ni lenta ni perezosa, como se quiere hacer ver. Acaso...

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