El combate al narcotráfico y la policía bonaerense

El gobierno nacional, acompañado por varios de los gobiernos provinciales, ha decidido dar batalla al crimen organizado, con especial foco en el narcotráfico. Así lo revelan los récords de decomiso de estupefacientes y las detenciones de las cabezas de numerosas organizaciones narcocriminales. Uno de los mayores desafíos que enfrentan los gobiernos es tener que reducir el avance de esta actividad violenta e ilegal con fuerzas de seguridad muchas veces permeadas y corrompidas por las redes criminales. Esto se hace especialmente evidente y crítico en la provincia de Buenos Aires, donde el involucramiento de fuerzas de la policía bonaerense en la actividad criminal es ya un problema estructural que se ha hecho más notorio a partir de la decisión de la gobernadora María Eugenia Vidal de terminar con todas las formas de corrupción que vinculen a policías del distrito. Está comprobado que la actividad ilícita se realiza en connivencia con la bonaerense, que participa de ese vil negocio.

Esta decisión política resultó en un accionar sin precedentes que terminó con 13.771 policías sumariados, 5359 apartados, 1317 suspendidos y 436 uniformados detenidos. La medida es clave y constituye un mensaje claro y contundente de que ciertas prácticas, no sólo no serán toleradas, sino que serán investigadas y que quienes delincan o sean cómplices del poder narco terminarán en prisión. La firmeza en la decisión es vital, ya que el ciudadano requiere saber, para tener confianza en las instituciones, que aquel que debe protegerlo no forma parte, como en el pasado reciente, del accionar criminal. Existe una clara línea divisoria entre lo legal y lo ilegal, el accionar justo y la complicidad con la criminalidad. Cuando se traspasa esa barrera no sólo se quiebra la confianza pública, sino que se traiciona al resto de los compañeros de una fuerza. Esta decidida actitud de la gobernadora le ha valido una serie de amenazas en su domicilio, en Morón, y el ingreso indebido de policías a su despacho en la gobernación, lo cual ha obligado a que se mude a una base militar para asegurar su seguridad física y la de su familia.

La gravísima degradación de la policía bonaerense se ve acompañada, con frecuencia, de la complicidad de otros actores del sistema penal: fiscales, jueces y miembros del servicio penitenciario provincial que también aparecen involucrados como paraguas protector de las redes de narcotráfico. También, como se ha visto en el reciente caso de la Salada o...

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