'De no creer', la columna sabatina del diario, otra vez en envase de libro

Los sábados, muchos lectores de LA NACION tienen la mala costumbre de empezar a leer el diario por la página 2. La culpable es "De no creer", la columna que aborda la dura realidad argentina de estos tiempos con el prisma del sarcasmo y el humor. Su autor, http://www.lanacion.com.ar/autor/carlos-m-reymundo-roberts-86, ha reunido los últimos dos años de esa columna en el libro Del vamos por todo al vámonos todos, que, publicado por Sudamericana, estará desde el martes en las librerías de todo el país. Pensando en esa legión de lectores sabatinos, nuestro suplemento, con gran hidalguía por tratarse de un competidor, adelanta aquí el prólogo del libro, en el que el autor revela el conflicto que provoca en una persona (él mismo) la irrupción del kirchnerismo.Fue un enfrentamiento brutal, una guerra feroz. Se tiraron a matar.De un lado estaba Carlos María Reymundo Roberts, periodista del diario LA NACION desde hace 32 años, profundamente liberal y editor consustanciado hasta la médula con el ideario de la hoja fundada por Mitre.Del otro lado estaba Carlos M. Reymundo Roberts, autor, bajo esta firma, de la columna política "De no creer", que se publica los sábados, desde hace algo más de tres años, en la página 2 de LA NACION.El problema, origen de aquella guerra despiadada, se presentó cuando, después de cierto tiempo y sin que yo –padre de estas dos criaturas– atinara a darme cuenta, el columnista se había distanciado políticamente del editor hasta convertirse en un kirchnerista puro y duro. No es que no haya habido dinero de por medio en esta sorprendente transformación (ya no hay conversiones por amor al arte, convengamos), pero la causa de fondo era más profunda y menos utilitaria. La muerte de y la forma en que su viuda se hizo cargo de la administración del país, aún transida de dolor por la desaparición no sólo del compañero de vida sino de su hacedor y principal sostén político, provocaron en el autor de la columna sabatina un vuelco monumental, primero afectivo y después ideológico.Como es natural, la convivencia entre el editor y el columnista se tornó inviable. Semejante desdoblamiento de la identidad, una patología profusamente estudiada en el campo de la psicología, tenía que terminar como terminó: a las patadas. El combate tuvo por escenario justamente las páginas de presentación del libro anterior ( Aguanten los K , Sudamericana, 2011), que recopila las columnas publicadas hasta entonces. Yo, equitativo, les di lugar a los dos para que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR