La colorida protesta puso en evidencia una fuerte disparidad en los reclamos

Multitudinaria, pero desintegrada en sus propios universos. . El conglomerado que ayer se desplegó a lo largo de la avenida 9 de Julio dejó en evidencia la disparidad de los grupos involucrados y sus reclamos. Y un dato que probablemente festeje el Gobierno: los ciudadanos de a pie, los que no llegaron de la mano de un sindicato o un partido político, fueron notoria minoría.

"¿Cómo querés que venga la gente con todo lo que machacaron en los medios? Antes de venir, hasta mi vieja de 84 años me preguntaba por qué venía a defender a Moyano", remarcaba Raquel Lopo Tejo, una docente de Morón que llegó para rechazar el techo en las paritarias y "el cierre de escuelas".

"A mí no me interesa quién convocó a la marcha. Acá somos todos trabajadores en contra de las reformas del Gobierno. Nosotras rondamos los 70 años y nunca vimos tanta destrucción", coreaban Cristina, Mónica y Nora, jubiladas docentes y de la salud que llegaron desde Ramos Mejía.

Pero casos como esos fueron excepcionales frente al músculo principal de la convocatoria, que lo aportaron Camioneros y sus gremios satélites, por un lado, pero también los estatales agrupados en la CTA, las organizaciones sociales y los partidos de izquierda, por el otro.

Camioneros desplegó todo lo que tenía sobre el carril central de la 9 de Julio, frente al escenario de la avenida Belgrano. Más atrás, sobre esa misma franja, se ubicaron grupos menos numerosos de telefónicos, empleados del peaje, la oposición de la conducción de la Unión Ferroviaria o el Sitraic (rival de la Uocra), entre otros.

A la izquierda del escenario, a lo largo de la calle Lima, predominaron las organizaciones piqueteras: el MTD Aníbal Verón, el Frente Popular Darío Santillán y el MTL. Las que más personas movilizaron fueron la CTEP, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa.

A la derecha del escenario, sobre Bernardo de Irigoyen, coparon la parada las CTA de Hugo Yasky y Pablo Micheli, pero particularmente los docentes del Suteba, de Roberto Baradel. También hubo contingentes importantes del partido Miles, de Nuevo Encuentro y de la Tupac Amaru.

El quiebre se notaba a 300 metros del escenario, a partir de la calle Chile. En el centro de la avenida se pararon las columnas del Partido y el Polo Obrero, el PTS y otras organizaciones trotskistas, junto a las banderas de los despedidos del INTI y el Hospital Posadas. A la derecha, sobre Lima, la columna de La Cámpora...

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