Clima de festejo en el Gobierno por la división del PJ

La división del peronismo en la provincia de Buenos Aires fue seguida muy de cerca por el presidente Mauricio Macri y por la Casa Rosada. Cuando se confirmó que la ex presidenta Cristina Kirchner decidió inscribir el Frente Ciudadano y abandonar el PJ, varios funcionarios celebraron con euforia y algunos brindaron con agua mineral.

El mismo clima se vivió cerca de la gobernadora María Eugenia Vidal. Desde hace un año, existían contactos aceitados con sectores del peronismo no kirchnerista para fomentar una división del justicialismo. Sin embargo, en el Ministerio del Interior, que conduce Rogelio Frigerio, primó la cautela. No querían sacar conclusiones apresuradas.

Pese a que Frigerio siempre fomentó la fragmentación del peronismo, el interrogante ahora es cómo quedarán conformadas las listas de candidatos y cómo jugarán los intendentes y las estructuras partidarias que se alinean detrás de Cristina Kirchner y de Florencio Randazzo.

"Hay que esperar un poco más a ver cómo se organizan los intendentes del conurbano bonaerense que arrastran los votos. Todavía es muy temprano y hasta el 24 de junio, fecha de cierre de listas, pueden pasar muchas cosas", dijo a LA NACION un funcionario de la Casa Rosada.

En medio de esos análisis moderados, cerca de Macri había una decidida euforia. Un funcionario de estrecha relación con el Presidente calificó la decisión de Cristina Kirchner de "espectacular".

"No había plata para pagar una estrategia tan espectacular. Si nos daban mil millones de pesos para hacer una estrategia de campaña no se nos hubiera ocurrido nada mejor", dijo el ladero de Macri.

Por ahora, el que tiene...

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