Claves para sostener la actividad física en verano

Para ejercitar en pleno verano, se deben seguir una serie de pautas para evitar los riesgos del calor extremo

Así como la alimentación sana y el descanso no se detienen durante el verano, la otra pata necesaria para llevar un estilo de vida saludable, la actividad física, tampoco debería hacerlo. Si bien el otoño y la primavera ofrecen las temperaturas ideales para sostenerla -entre los 20 y los 24 grados sería el clima perfecto-, no hay razones para hacer un alto desde diciembre hasta marzo. Sólo se imponen algunas claves que apuntan al bienestar y que deben seguirse para evitar los riesgos en días de calores extremos.

Según un artículo realizado por investigadores de la Universidad de Michigan, publicado en el Journal of Sport and Health Science, se advierte una variación estacional en la motivación por hacer actividad física. "La gente -sana y no deportista- hace menos actividad física en invierno sobre todo y hace un poco menos en verano. ¿Por qué sucede esto? Porque gran concentración de la actividad física se hace en el exterior, outdoor. Y con condiciones adversas, tanto de calor como de frío, la gente no va. Las estructuras de algunos países están armadas como para hacer actividad física indoor. En Canadá hay redes que conectan distintos centros comerciales para que la gente camine en invierno todo lo que necesita, pero, fuera de la intemperie", relata Diego Iglesias, médico cardiólogo especialista en medicina del deporte del Hospital Italiano (M.N. 86921).

En los meses de verano la actividad física al aire libre está limitada en cuanto a los horarios. Lo más recomendable sería, entonces, recurrir a espacios cerrados climatizados para, así, mantener el hábito que se sostuvo a lo largo del año. En cuanto al deporte, "la gran mayoría de las actividades deportivas recreativas tienen estacionalidad: en diciembre terminan y en marzo reinician básicamente porque todos los deportes tienen una temporada fuerte que arranca en marzo y finaliza en diciembre. Entonces, los que se asocian a esa actividad física, que no son competitivos, tienen que seguir el ritmo de estos grupos que tienen planes de entrenamiento estacionales. Por ejemplo, el rugby termina a fines de noviembre y empieza en abril. En el medio hay pocos entrenamientos y la gran mayoría de las veces se les dan planes a los jugadores para que en su hogar y en los lugares de vacaciones sigan entrenando", agrega Iglesias.

En los meses de verano la actividad física al aire libre está...

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