En el clásico de los pibes, los de Racing tuvieron más pimienta

El clásico amaneció y se despidió marcado por el desenfado juvenil. De alguna manera, el partido se ajustó a esa franja etaria que describe lo que son los torneos del fútbol argentino, que se divide entre veteranos y pibes. Ayer, los de menor edad le imprimieron su sello de atrevimiento y energía a los 90 minutos, pero también fue trascendente el aporte de aquellos que tienen el lomo curtido de batallas, como Saja, inmenso en una doble tapada a Piatti y Jara, cuando el partido estaba 1 a 1, o en la volada a lo Superman para desviar un remate de Correa en la jugada que precedió al golazo de Vietto que cerró el 4 a 1.Villalba (18 años), Zuculini (20), De Paul (18) y Vietto (19) fueron los goleadores de un partido vertiginoso, propio de chicos que todavía sienten el fútbol con más descaro que especulación. Y aunque no marcó también se puede agregar a Correa (18), que en la poco más de media hora que jugó le sumó revoluciones a un desarrollo que sólo tuvo aislados reposos. Un clásico para disfrutarlo visualmente y para que lo sufran los técnicos, que veían cómo la pelota iba frenéticamente de un área a la otra salteándose los recaudos y proponiendo continuos imponderables.Fue un partido más de jugadores que de pizarrón. La ambición y la espontaneidad les pasaron por encima a las previsiones tácticas. Porque, ¿en qué libreto figuraba esa electrizante corrida de 80 metros de Villalba, vecino del asentamiento 1-11-14 que está enfrente del Nuevo Gasómetro? Iban 6 minutos cuando se lanzó como si fuera Usain Bolt. Es cierto que en tan largo trayecto encontró muy poca oposición de Racing (sólo sorteó a un par de marcadores), pero también es real que no le dio tiempo para reaccionar a nadie, ni siquiera al infranqueable Saja ante el bombazo de derecha a la entrada al área.Pizzi no termina de encontrar el esquema más adecuado para San Lorenzo. Pasó del 4-2-3-1 a un 4-4-2 que estuvo enclenque sobre la izquierda, donde Piatti no incide en el manejo de la pelota (el murmullo y la impaciencia de los hinchas lo ponen más nervioso) y no tiene retroceso. Racing se hizo peligroso y explotó ese costado con la asociación entre Camoranesi y Villar. Gentiletti no era auxiliado por Cetto ni por algún volante para no quedar en inferioridad numérica. Por ese lado vino el centro de Villar y la definición de primera de Zuculini, un volante con la suficiente personalidad positiva para reponerse de la equivocación del domingo anterior en el segundo gol de River.San Lorenzo controló...

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