Ciudadanos sin defensa y funcionarios sin controles

La acefalía de la Defensoría del Pueblo de la Nación cumplirá cinco años y todo indica que nada se hará en lo inmediato para designar al ombudsman, institución clave para la protección y defensa de los derechos humanos y garantías constitucionales de los ciudadanos frente a actos u omisiones de la administración estatal, y para el control del ejercicio de las funciones administrativas públicas.Su misión es determinante. Así lo entendieron los convencionales reformadores cuando, en 1994, incluyeron en el nuevo texto constitucional la Defensoría del Pueblo como un "órgano independiente, que actuará con plena autonomía funcional, sin recibir instrucciones de ninguna autoridad". Y funcionó de ese modo hasta 2009, cuando el entonces ombudsman nacional, Eduardo Mondino, renunció al puesto de defensor para competir por una banca electoral.A Mondino lo sucedió un defensor adjunto, que se desempeñó durante cuatro años con un mandato provisional a cargo del organismo.El mecanismo para el reemplazo del defensor indica que una comisión bicameral debe proponer al Congreso entre uno y tres candidatos para ocupar ese cargo y que son las cámaras, con el voto de los dos tercios de los presentes de sus miembros, las que deben elegirlo. Pero ha pasado casi un lustro sin que ello ocurra. Muy por el contrario: contradiciendo la letra de la propia Constitución, el Poder Ejecutivo (PE) ha intentado imponer en los últimos tiempos, por medio de sus bloques de legisladores, a dos ex funcionarios del actual gobierno para ocupar ese cargo: Daniel Filmus y Juan Manuel Abal Medina.Ciertamente, ha sido un capítulo más de la constante estrategia del PE por asegurarse nuevos destinos donde alojar a sus huestes partidarias caídas en desgracia. Pero no por reiterada deja de ser grave esa avanzada por seguir copando puestos y obstaculizando la tarea de los organismos de control, hasta el punto de anularla.Tras aquellos fracasos del PE, corresponde decir también que no ha habido de parte de los legisladores nacionales -ni del oficialismo ni de la oposición- una voluntad firme de avanzar en la elección del nuevo defensor. De un lado y del otro de las fuerzas con mayor representación parlamentaria se ha venido postergando esa designación.El cargo del defensor del pueblo es unipersonal. Tras la salida de Mondino y el vencimiento del mandato provisional del defensor adjunto, hoy es cabeza de la defensoría un secretario general de esa entidad. Sus acciones están acotadas, son mayormente...

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