En la ciudad se realiza más de una filmación por día

El resultado de una simple consulta en las redes sociales puede sorprender: abundan los testimonios de personas con domicilio en la Capital que, recientemente, han tenido un set de filmación en las cuadras cercanas a su vivienda, en el barrio o en la mismísima puerta de su casa. Estas experiencias individuales reflejan las estadísticas oficiales sobre el auge de las producciones audiovisuales por las calles porteñas.

Según datos del Ministerio de Desarrollo Económico porteño, que autoriza las locaciones en la vía pública, durante los primeros ocho meses del año fueron instalados 362 sets (1,5 por día en promedio) en distintos rincones de la ciudad. La lista incluye largo y cortometrajes (27 y 8), comerciales (214), programas de TV (32), videoclips (5), documentales (10), productos institucionales (5) y fotográficos (25).

La cantidad equivale proporcionalmente a la registrada durante todo 2010, cuando Buenos Aires se posicionó como primer destino en América latina y cuarto en el mundo para la realización de filmaciones. Ese año finalizó con 548 rodajes concretados con Buenos Aires como escenario.

Con el transcurso del tiempo, si bien mermaron las locaciones internacionales, desalentadas por el tipo de cambio y por presiones sindicales locales, las productoras vernáculas mantienen un alto nivel de actividad en los barrios porteños, que alteran la vida vecinal. Para bien o para mal.

"Para mí filmaciones en el barrio es sinónimo de ruidos molestos a cualquier hora y problemas para movilizarse. En la casa al lado de la mía grabaron una película para Incaa TV, que incluía escenas en la piscina a las 3 de la madrugada; entre el ruido de las escenas y el del generador eléctrico que habían colocado en la puerta, terminamos denunciándolos. Ahora, hay grabaciones de publicidades gráficas a pocas cuadras de casa, pero no molestan", contó Alejandra Dubedout, vecina de Saavedra.

En el otro extremo, para Justina López, vecina de Flores, la presencia de un le aporta cierta magia al barrio. "Por un momento el barrio se transforma. En una zona donde nos acostumbramos a desconfiar del afuera por hechos de inseguridad, de pronto llega un camión con gente que muestra otra realidad, la de la creación, la fantasía... Los vecinos se agrupan", recordó sobre la filmación de un capítulo de Farsantes cerca de su casa.

Y agregó: "Facundo Arana se comportó de una forma estupenda, escuchando muy cariñosamente a un viejito sordo, que lo llenó de bendiciones. Fue una...

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