Cimbronazos y crisis, en las intendencias de Cambiemos

Martiniano Molina es uno de los intendentes más emblemáticos de la renovación que protagoniza Cambiemos en muchos municipios bonaerenses. Pero su gestión se mueve por estos días en aguas peligrosas, con renuncias en el gabinete y rumores constantes. Es quizás el caso de complicaciones más relevante entre los nuevos intendentes macristas. El cuadro lo completan Julio Garro, de La Plata, que vivió un cimbronazo por los despidos que decidió, y Ramiro Tagliaferro, quien en Morón enfrenta un combate con los herederos locales de Martín Sabbatella, con los que cruza denuncias y acusaciones.

Molina gobierna en medio de los crujidos de su gabinete. El mandatario, que destronó al kirchnerista Francisco "Barba" Gutiérrez, sufrió renuncias de funcionarios y reacomodamientos. Molina intenta enderezar el timón, con un gabinete en el que buscan convivir sectores de poca experiencia política con nombres de mayor recorrido.

El 29 de enero se desató una tormenta para Molina con la renuncia del secretario de Seguridad, Federico Peña, quien pasó a trabajar con el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo. Peña es de Hurlingham. "No conocía Quilmes", recriminaron fuentes cercanas al intendente. "Peña renunció porque le surgió una oportunidad en la provincia, pero nos ayudó a armar una secretaría moderna", dijo a LA NACION Fernando Pérez, secretario de Gobierno de Quilmes. En el Ministerio de Seguridad bonaerense confiaron a este diario que Peña llegó a la cartera por un pedido de Molina a Ritondo.

La renuncia de Peña, aún sin funciones en el equipo de Ritondo, se completó con el rumor de que también Pérez dimitiría, algo que no se concretó. Pérez, nombre fuerte en la UCR de Quilmes, es también diputado provincial. "No me puedo hacer cargo de las especulaciones", explicó a LA NACION.

"Pérez se puso la gestión al hombro", dijo a este diario un integrante del equipo de Molina. Pérez y el senador provincial Eduardo Schiavo, uno de los peronistas que participan de Cambiemos, son dos caras de peso en la gestión. "Martiniano entendió que su gobierno necesita respaldo político, y eso se lo pueden dar la UCR y el PJ", agregó la fuente. En el entorno del intendente admiten tensiones por espacios de poder entre las vertientes de Cambiemos en Quilmes. Además, Molina debe lidiar con muchos "barbistas" que quedaron en planta permanente.

El último jueves, Molina tuvo otro golpe con la renuncia de Ariel López, jefe de Gabinete, que se fue ante las críticas que recibió...

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