Las 'cifras negras' de un sistema en crisis

La muerte de Oscar Sánchez volvió a ponerle nombre y apellido a la pobreza y la indigencia -y a la desnutrición como su cara más descarnada- en Chaco, una de las provincias que sufren esos flagelos con mayor crudeza y que, paradójicamente, más esfuerzos hace para ocultarlos.

Las cifras de desnutrición dejaron de publicarse en 2007. El gobierno provincial, hoy a cargo del ex jefe de Gabinete Jorge Capitanich, no dejó de calcular la cantidad de personas desnutridas, pero sí de difundir los datos.

Además, el gobierno provincial cambió la forma de clasificar a las personas con problemas de alimentación para achicar el universo de desnutridos.

Puntualmente, se suprimió el grado uno de desnutrición, el más leve, de la escala que utiliza en el sistema sanitario oficial. En esa categoría, en la que se registra la mayor cantidad de casos, se ubica a chicos con un 25 por ciento menos de masa corporal a la que le correspondería según su edad, sexo, altura y circunferencia encefálica. A partir del cambio, ya no se los considera desnutridos, sino "niños en riesgo nutricional".

La escala se completa con otros dos niveles de desnutrición: moderado (entre 26 y 40% menos de masa corporal) y agudo (más de 40% de déficit en el nivel de masa corporal). En este último grupo estaba Sanchez. Debía pesar por lo menos 40 kilos. Pesaba 11.

"El de Oscar Sánchez es un caso extremo, pero a la vez representativo de que la desnutrición y la endemia de tuberculosis son muy fuertes en el Impenetrable", dijo a LA NACION el responsable del Centro de Estudios Nelson Mandela, Rolando Núñez.

"Genocidio silencioso"

"Es imposible saber cuántos murieron por desnutrición. El gobierno oculta los números y permite un genocidio silencioso", advirtió.

Núñez aseguró que "hay una orden silenciosa al sistema sanitario [de la provincia] de no ubicar tuberulosis, mal de chagas y desnutrición como causas de...