El cielo, de fiesta: cuatro eclipses más marcan la agenda de 2018

El cielo abrió ayer el telón del escenario celeste y premió a sus fans con varios fenómenos en uno, una coincidencia que se da una vez cada 150 años: la segunda superluna del año (la primera fue en la madrugada del 1º al 2 de enero), un eclipse, una luna de sangre y una luna azul. La última vez que se pudo presenciar un fenómeno similar fue en 1866. Para el próximo habrá que esperar hasta el 31 de enero de 2037.

La superluna ocurre cuando nuestro satélite, debido a que recorre una órbita elíptica, está en su perigeo, es decir, en el punto más cercano a la Tierra (alrededor de 50.000 km más próxima que en el apogeo), y además esto coincide con que hay luna llena. A simple vista es posible apreciar el disco brillante entre un 10% y un 15% más grande de lo habitual.

Se habla de luna azul cuando se registran dos lunas llenas en un mismo mes. En este caso, ya hubo una a principios de mes (la otra superluna, entre el 1º y el 2 de enero).

Además, en esta ocasión el calendario se conjuró para que el mismo día se produjera un eclipse lunar, un acontecimiento que cautiva a los amantes del cielo nocturno. Se produce cuando la Tierra, el Sol y la Luna se alinean y el satélite ingresa en la sombra de la Tierra. Lamentablemente, estuvo vedado para los habitantes de esta parte del mundo, ya que fue visible solo desde América del Norte, Asia, Australia, Nueva Zelanda y el este de Rusia.

Finalmente, la luna de sangre ocurre porque durante el transcurso del eclipse la atmósfera de la Tierra filtra la luz azul y verde de los rayos solares, por lo que tiñe la Luna de un tono rojizo.

Los calendarios de eclipses prevén para el resto del año cuatro de estos acontecimientos más. En total, serán tres solares, pero parciales, y otro lunar, que se verá en julio.

El 15 de este mes se producirá el primero de los eclipses solares y presentará un recubrimiento del 60% de nuestra...