Ciccone, el fundador de un imperio que se siente traicionado

Si hay alguien que le puede disputar a Amado Boudou la condición de gran perdedor con el fallo de anteayer es Nicolás Ciccone. En menos de seis meses pasó de ser la víctima de una estafa que le quitó su empresa a convertirse en el hombre que sobornó al vicepresidente.Anteayer, el juez Ariel Lijo (coimas), que tiene una pena máxima de seis años de cárcel. En diciembre, el mismo juez le había dado carácter de querellante; es decir, de damnificado. Lo citó como testigo, y Ciccone, bajo juramento, complicó notablemente al vicepresidente.Hoy, su defensa denuncia una traición. "No es una traición personal, porque no había pacto, es una traición procesal", dijo a LA NACION el abogado de Nicolás Ciccone, Maximiliano Rusconi, quien ya prepara una artillería de recursos de nulidad y apelación. "Él y su familia contaron bajo juramento todo. Habría sido muy distinto si los hubieran convocado como acusados. Obligar a alguien a decir la verdad paraafirmó el abogado. Según él, Lijo le dio a la Cámara una "excelente excusa" para anular parte del proceso, nulidad que podría favorecer a Boudou.Según el fallo, el vicepresidente y sus socios, por un lado, y Ciccone y su familia, por el otro, sellaron un pacto espurio con el que ambas partes planeaban enriquecerse. Nicolás Ciccone y su yerno Guillermo Reinwick fueron procesados como autores de un "cochecho activo". La dádiva que ofrecieron fue el 70% de la imprenta. Pretendían, a cambio, que Boudou realizara "los actos necesarios para rescatar a la empresa", que estaba quebrada, y negociaron, además, un pago mensual de 50.000 dólares, afirmó Lijo.¿Por...

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