Un choque entre dos visiones opuestas

La reunión de ayer de las comisiones de diputados con Juan José Aranguren fue definitivamente irreconciliable. No sólo se enfrentaron el Gobierno y la oposición, lo que modifica de manera sustancial el nivel de responsabilidad frente a las decisiones del Estado. También compitieron dos visiones muy distintas sobre la política y la economía. El viejo intervencionismo peronista estuvo en casi todos los discursos pronunciados por las distintas expresiones del movimiento que fundó Perón. Una concepción más moderna de las cosas estuvo en boca de Aranguren, que dejó pasar, voluntaria o involuntariamente, varias oportunidades para demostrar que el exceso de regulación estatal terminó por postrar la economía argentina.

Graciela Camaño tuvo a su cargo la exposición más sólida de la oposición. Mientras los otros hacían preguntas retóricas o mostraban un papel de última hora, Camaño demostró que había estudiado el tema y probó, también, que desconfía de Aranguren por sus antecedentes empresarios. Esa desconfianza no fue exclusiva de Camaño; estuvo en la alusión directa o indirecta de casi todos los exponentes opositores. Es cierto que Aranguren replicó con un antecedente político que descolocó a Camaño. Le recordó que el Gobierno estaba decidiendo por las disposiciones de un decreto que Camaño firmó cuando fue ministra de Trabajo de Eduardo Duhalde. Ése fue, tal vez, el único momento en el que Aranguren se permitió una réplica política y no sólo técnica.

El otro exponente destacado de la oposición fue el ex ministro de Economía Axel Kicillof, quien volvió a describir el supuesto paraíso económico que se vivió en tiempos de Cristina Kirchner. Es decir, le reprochó al gobierno de Macri que no siguiera haciendo cristinismo. Fue una manera indirecta de desconocer que la sociedad había votado otro gobierno y no la continuidad de Cristina Kirchner. Con innegable capacidad para exponer, el ex ministro dijo, en síntesis, que la Argentina sería mucho mejor si se hubiera continuado con las retenciones a la producción agropecuaria y si se hubiera mantenido subvaluado el dólar. Y así, señaló, las tarifas hubieran podido seguir siendo subsidiadas. Macri acaba de decir que su gobierno evitó a último momento que la Argentina terminara en el descalabro económico, político y social que sufre Venezuela. ¿Cómo conciliar posiciones tan distintas? Imposible.

Vale la pena detenerse en la exposición del presidente del Partido Justicialista, José Luís Gioja, porque de alguna...

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