En Chile, mejor que en Brasil

SANTIAGO.- Exactamente un año y un día habrán pasado de aquella noche en la que la selección de Sabella salió al campo del Maracaná, para jugar contra Bosnia el primer partido del Mundial de Brasil, cuando esta selección de Martino salte a la cancha de La Serena para debutar ante Paraguay por la Copa América de Chile. Se sabe cómo terminó aquella historia y la incógnita es cómo acabará ésta, pero lo único posible, aún en la subjetividad, es comparar cómo llegaron al puntapié inicial. Y todos los indicios coinciden: mejor.

¿Por qué?

1) Porque a diferencia de otras historias, tan comunes ya no sólo en el fútbol sino en la idiosincrasia argentina, no se borró todo lo hecho -y que, por cierto, culminó con un subcampeonato del mundo después de 24 años- sino que se aprovechó lo bien hecho. Martino no puede hablar de la "herencia recibida" como si de una deuda se tratara y por eso su postulado no es borrar todo y escribir algo nuevo, sino evolucionar hacia una forma definida de juego sobre bases sólidas. La defensa ya no es discutible. De aquel Rojo a este Rojo, por ejemplo, hay algo más que un matiz de diferencia. Son 14 los sobrevivientes y los líderes no cambiaron: Mascherano y Messi, Messi y Mascherano.

2) Porque se ha integrado Tevez. Y, en ese caso, la palabra va más allá de la acepción "sumado". Con el resultado puesto es fácil decir que con Tevez en Brasil la selección...